Las poblaciones de krill se han reducido en un 80% desde la década de los 70, según el Instituto Antártico Británico

La disminución de este crustáceo amenaza la supervivencia de ballenas, focas y pingüinos, que se alimentan de él
Por EROSKI Consumer 4 de noviembre de 2004

Las poblaciones de krill, crustáceo que sirve de alimento a buena parte de la fauna marina de la Antártida, se han reducido en un 80% desde la década de los 70, según se desprende de un estudio del Instituto Antártico Británico (BAS, por sus siglas en inglés) publicado en la revista «Nature». Los científicos del BAS consideran que este fenómeno puede estar relacionado con el aumento de la temperatura, que ha sido de 2,5 grados centígrados en los últimos 50 años en la atmósfera del continente helado.

La disminución de este tipo de crustáceo amenaza la supervivencia de ballenas, focas y pingüinos de la zona, donde este organismo es su principal sustento, advierten los responsables del estudio.

La alimentación de los crustáceos se basa en las algas que se encuentran debajo de las placas de hielo, que actúan a modo de «guardería». «La Antártida se ha calentado unos 2,5 grados en los últimos 50 años y se ha producido un espectacular descenso en las capas de hielo. No entendemos del todo qué conexión existe entre la pérdida de placas de hielo y este calentamiento; pero pensamos que el origen de esa conexión puede estar detrás del descenso de los crustáceos», explica Angus Atkinson, autor principal del trabajo.

El krill («Euphausia superba») es uno de los más importantes animales del Océano Antártico. Esta especie de crustáceo parecido a los camarones crece hasta los 6 centímetros de tamaño y puede vivir unos 5 o 6 años. Se alimenta de fitoplancton y es a su vez el alimento de peces, pingüinos, focas y ballenas. Es además un valioso recurso proteínico para el hombre y su pesca resulta fácil utilizando redes grandes.

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