Las áreas protegidas más necesarias del planeta para prevenir las extinciones de mamíferos, aves y anfibios se encuentran en 78 lugares del mundo. Así lo señala una investigación, que advierte de las carencias de muchas de estas zonas protegidas y recomienda incluirlas en el Patrimonio Mundial de la Humanidad. Este artículo señala los 78 espacios naturales irremplazables y dónde se concentran las áreas protegidas más insustituibles. También recomienda proteger de verdad los espacios protegidos.
78 espacios naturales irremplazables
Un estudio científico publicado en la revista ‘Science’ identifica las áreas protegidas más necesarias del planeta para prevenir las extinciones de mamíferos, aves y anfibios. En concreto, son 78 lugares que comprenden 137 áreas protegidas en 34 países, según sus responsables, un equipo internacional proveniente del Centro de Ecología Funcional y Evolutiva (CEFE) de Francia, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), el Centro Mundial de Monitoreo de la Conservación de Naciones Unidas (UNEP- WCMC) y la organización conservacionista BirdLife International.
Las áreas protegidas cubren el 13% de la superficie de la Tierra, pero hay vacíos «sustanciales»Los investigadores han analizado una lista de 173.000 áreas protegidas a nivel mundial y los 21.500 registros de la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN. En los 78 lugares destacados como «irremplazables» se encuentra la mayoría de las poblaciones de más de 600 especies de aves, anfibios y mamíferos, la mitad de las cuales se hallan globalmente amenazadas.
Muchas de estas áreas «insustituibles» se han designado como de «valor universal excepcional» bajo la Convención del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Sin embargo, la mitad de la superficie cubierta por estas zonas no se incluye en el Patrimonio Mundial de la Humanidad, una denominación que contribuiría a su conservación, subrayan los responsables de la investigación.
El trabajo incluye un mapa donde se ubican los 78 lugares destacados. Los que figuran en verde son Patrimonio de la Humanidad, mientras los señalados en rojo no disfrutan de tal distinción.
Algunas de estas zonas «irremplazables» sin reconocimiento institucional por parte de la UNESCO son las montañas Udzungwa, en el Parque Nacional de Tanzania; o la Ciénaga de Zapata en Cuba, un Humedal de Importancia Internacional. Pero el caso más llamativo es el Parque Nacional Natural Sierra Nevada de Santa Marta, en Colombia. El estudio considera a este sitio el área protegida más insustituible del mundo para las especies amenazadas. Allí se encuentran especies endémicas (únicas en un solo ámbito geográfico) en peligro como el Periquito de Santa Marta (Pyrrhura viridicata) o la rana arlequín (Atelopus nahumae).
Dónde se concentran las áreas protegidas más insustituibles
Las montañas tropicales de América Central y del Sur, África, Asia y Australia, las islas tropicales del Caribe, Madagascar, Filipinas e Indonesia concentran sobre todo estas áreas protegidas «insustituibles». «Estas regiones tienen una gran biodiversidad y también un alto endemismo», apunta Ana Rodrigues, coautora del estudio e investigadora del CEFE, en declaraciones a ‘SINC’.
Los investigadores destacan algunas de estas especies únicas en peligro, como el pato Laysan (Anas laysanensis), endémico del Refugio Nacional de la Naturaleza Salvaje de las Islas Hawaii (EE.UU.); las 13 especies de anfibios del Parque Nacional Canaima de Venezuela; así como el macaco de cola de león (Macaca silenus) y la rana Nyctibatrachus karnatakaensis, de la zona protegida de las Ghats occidentales de la India. «Estos lugares excepcionales deberían ser candidatos prioritarios a entrar en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO», afirma en el estudio el investigador Soizic Le Saout, líder del mismo.
Proteger de verdad los espacios protegidos
Los sectores protegidos cubren el 13% de la superficie de la Tierra, pero hay vacíos «sustanciales» a la hora de conservar la biodiversidad mundial, según los investigadores. A diferencia de otros estudios, centrados en aumentar el número de espacios protegidos, este trabajo pone de relieve la necesidad de mejorar la gestión, con frecuencia insuficiente, de las zonas protegidas ya creadas, en especial de las «irremplazables». Por ejemplo, las Reservas Forestales Nacionales Protegidas de Páramo Urrao, en Colombia, se crearon legalmente en 1975, pero no han tenido una labor de gestión en el terreno.
«Las áreas protegidas solo pueden reducir la pérdida de biodiversidad si se gestionan de manera efectiva», en opinión de Simon Stuart, presidente de la Comisión de Supervivencia de Especies de la UICN. En este sentido, recuerda Ana Rodrigues, los lugares Patrimonio de la Humanidad deben cumplir unos rigurosos estándares de integridad y de gestión y mantenerse en el tiempo para no perder esta condición. La inversión de los países en los que se encuentran dichas zonas protegidas es esencial.
Los investigadores explican que la expansión estratégica de la red mundial de áreas protegidas se ha realizado con «énfasis», aunque luego la falta de personal, una financiación insuficiente, o las amenazas externas impiden a menudo que cumplan su labor. Para ayudar a que los gestores de los parques conozcan las necesidades de conservación de cada especie y mejoren sus zonas protegidas, la investigación también proporciona una base de datos en Internet con información sobre las especies de las que cada sector protegido es más responsable.