Medio Ambiente decide que la Conferencia de la ONU sobre desertización se celebrará en Madrid

El encuentro analizará la situación mundial y tratará de buscar soluciones para mitigar este problema
Por EROSKI Consumer 19 de octubre de 2006

Madrid será finalmente la ciudad que acogerá el próximo otoño la Conferencia de la ONU sobre desertización (COP8), según decidió el Ministerio de Medio Ambiente. Roquetas de Mar (Almería) y Corralejo (Fuerteventura) eran los otros enclaves que aspiraban a albergar el evento.

Aunque Andalucía y de Canarias defendieron las candidaturas de Roquetas de Mar y de Corralero el pasado 10 de octubre, Medio Ambiente ha elegido al final la de Madrid porque es necesario contar «con un importante soporte diplomático» para los representantes de más de 180 países que asistirán al encuentro. No obstante, añadieron desde el Ministerio, Fuerteventura podría así albergar las reuniones preparatorias de la COP8 y se está estudiando una visita a Almería durante la cumbre «como acercamiento a un caso práctico con problemas de desertización».

Los requisitos que debía cumplir la ciudad que aspirase a sede de la reunión aparecían en «una serie de sugerencias» hechas por la delegación del Secretariado de la ONU al Gobierno español, explicó el Ministerio. Entre ellos se enumeraban factores logísticos «como unas adecuadas infraestructuras de transporte y telecomunicaciones, además de exigencias en cuanto a accesibilidad, instalaciones y servicios diplomáticos». «La experiencia e infraestructura organizativa y de gestión requeridas para la celebración con éxito de una conferencia de Naciones Unidas ha llevado a los organizadores a decidirse por Madrid como futura sede de la COP8», explicó Medio Ambiente.

Fue durante la séptima Conferencia de las Partes, desarrollada en Nairobi, Kenia, en octubre de 2005, cuando se aprobó la propuesta del Gobierno español para organizar en su territorio la COP8, que reunirá a más de 3.000 personas durante 15 días. El objetivo de este encuentro internacional es el de analizar la situación mundial y buscar soluciones para mitigar los procesos de desertización que vive el planeta.

Unos 1.200 millones de personas que viven fundamentalmente de la agricultura y la ganadería están afectadas en todo el mundo por la degradación del suelo, según datos de la ONU. De ellos, unos 200 millones sufren los efectos hasta el extremo de verse obligados a abandonar sus tierras y emigrar, según la misma fuente.

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