El Ministerio de Medio Ambiente invertirá 19.007 millones de euros en los próximos ocho años para mejorar la calidad de las aguas españolas, según figura en el Plan Nacional de Calidad de las Aguas: Saneamiento y Depuración 2007-2015, que fue ayer presentado por la ministra Cristina Narbona en Santander.
Este plan forma parte de un conjunto de medidas que persiguen alcanzar el objetivo del buen estado ecológico que la Directiva Marco del Agua exige para el año 2015. A través de esta iniciativa, el Gobierno colaborará con las administraciones territoriales en el desarrollo de actuaciones, que son competencia de las mismas.
En concreto, se llevarán a cabo acciones para mejorar la calidad de las aguas en «zonas sensibles» de ríos y costas. Asimismo, se desarrollarán actuaciones, al 50% con las comunidades autónomas, en Parques Nacionales y en municipios que cuenten con territorios de la Red Natura 2000, para asegurar la calidad de las aguas en estos ámbitos.
Restauración de ríos
Medio Ambiente asegura que el plan permitirá alcanzar un buen estado ecológico en los ríos españoles, complementando las acciones recogidas en la Estrategia Nacional de Restauración, que busca devolver, en la medida de lo posible, a su estado natural a ríos, ramblas, arroyos y humedales; y en la Estrategia de Control de Vertidos.
«El objetivo es aunar esfuerzos para recuperar el valor ecológico y cultural de los ríos, posibilitando que las generaciones presentes y futuras puedan disfrutar de la riqueza del medio fluvial», señala el departamento que dirige Cristina Narbona.
Por otro lado, el plan promoverá la investigación en materia de recursos naturales y, más específicamente, en materia de saneamiento, depuración y calidad de las aguas, biodiversidad y ecosistemas asociados. Para ello se destinarán 28,75 millones de euros.
Pasividad de las administraciones
Narbona dio a conocer este plan con motivo de la Semana del Agua que organiza cada año su Ministerio en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander. Durante la presentación, la ministra reconoció que todas las zonas industriales de España padecen problemas de contaminación en sus ríos debido a la pasividad de las administraciones.
La titular de medio ambiente recalcó que el punto de partida para cumplir con las exigencias que plantea la UE respecto a la calidad de las aguas «era francamente malo en casi todo el país al inicio de la legislatura» en lo que se refiere al control de los vertidos a los ríos.
«Es cierto que en todas las zonas industriales, en todas, hemos tenido una acumulación de problemas a lo largo del tiempo por la desidia de las administraciones, por la falta de control», advirtió Narbona, que citó ejemplos como los del polo industrial de Huelva, Cartagena (Murcia), la cuenca del Besaya (Cantabria) o el del pantano de Flix (Tarragona).
Otro de los problemas pendientes de solucionar respecto a la calidad de las aguas fluviales reside en la necesidad de dotar de saneamiento y depuración a las poblaciones de menos de 2.000 habitantes, ya que hasta ahora el grueso de las inversiones se ha centrado en los núcleos urbanos de mayor tamaño.
En definitiva, el Plan Nacional de Calidad de las Aguas permitirá que al final de su ejecución España cumpla con su obligación «no sólo de depurar», tal y como establecen las directivas europeas, sino también de «recuperar» la vida de los ríos y «el equilibrio ecológico que se ha ido perdiendo», apuntó la ministra.
