Qué podemos hacer para ser un poco más sostenibles durante las Navidades

El impacto ambiental de las fiestas navideñas puede reducirse con unos cuantos consejos que ayudan además a ahorrar dinero
Por Alex Fernández Muerza 25 de diciembre de 2014
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Imagen: Pablo

En Navidades, la generación de residuos aumenta un 30% y el despilfarro de alimentos un 40%, según diversas fuentes. Son algunos de los impactos ambientales que pueden evitarse siguiendo una serie de consejos que, además de ayudarnos a ser más respetuosos con nuestro entorno, nos permitirán ahorrar dinero. Este artículo señala varias recomendaciones para ser un poco más sostenibles durante las Navidades.

Hacer las compras de forma responsable

Durante las Navidades se aumentan las compras. Por ello, sobre todo en estas fechas, hay que ser consciente de las consecuencias negativas de determinados productos y decantarse por otros con el menor impacto posible. Hay que reflexionar antes de comprar nada, ser críticos, informarse bien para discernir entre los productos y empresas con mayor impacto ambiental, social o sobre la salud, y rechazarlos de manera pública para que nuestro entorno social lo sepa y siga nuestro ejemplo.

Reducir la cantidad de residuos y reciclarlos bien

La generación de residuos aumenta un 30% y el despilfarro de alimentos un 40%, según diversas fuentes
La generación de residuos, sobre todo los de envases y embalajes, aumenta un 30% en Navidades con respecto a la media del resto del año, según datos del Ministerio de Medio Ambiente (MAGRAMA) o la Asociación Española de Recuperadores de Papel y Cartón (REPACAR).

Cuantos menos envoltorios, envases, bolsas de plástico o productos de usar y tirar se utilicen, mejor. Para ello, lo primero es reducir la cantidad de residuos y, después, reutilizar los productos para alargar su vida. Aprovechar las cajas, el papel de regalo o las tarjetas de felicitación resulta útil y ecológico. Si no podemos devolver los regalos que no nos gusten, que estén repetidos, etc., se puede intentar regalarlos, intercambiarlos o venderlos en algún sistema de consumo colaborativo. En el momento de reciclar, conviene saber hacerlo bien para evitar errores que perjudican el sistema. Aunque los ayuntamientos refuerzan la recogida durante estas fechas, no es extraño ver contenedores desbordados. Por ello, es recomendable almacenar en casa los envoltorios propios de estos días festivos e introducirlos en el contenedor azul (papel y cartón) o en el amarillo (envases) más adelante.

Comer sin despilfarrar

El despilfarro de alimentos a nivel mundial es un problema ecológico, económico y social en aumento. Según la Organización de Naciones Unidas (ONU), la tercera parte de los alimentos producidos al año en el mundo para el consumo humano (unos 1.300 millones de toneladas) se pierden o desperdician. En las fechas navideñas, este problema se agrava: se tiran hasta un 40% de los alimentos producidos, según la ONG Ecologistas en Acción. La idea no es privarse en Nochebuena o Nochevieja, sino ser más sostenibles: estudiar la lista de la compra para no llevarse excesivos productos, organizar en casa los alimentos de manera que se consuman todos, conservar en el congelador los productos perecederos, consumir productos locales y de temporada, etc. Además de reducir el impacto ambiental, ahorraremos dinero.

Cuidar bien el árbol de Navidad

Como cada año, la polémica está servida: ¿qué es más ecológico, un árbol de Navidad natural o uno artificial? La respuesta, como siempre cuando se pregunta por el impacto ambiental de un producto, es «depende». Ambos tienen ventajas e inconvenientes ambientales, pero en cualquier caso, cuidarlos ayudará a reducir su impacto. Con un árbol natural, la clave está en conseguirlo con raíces y suficiente cepellón (tierra adherida), regarlo y alejarlo de la calefacción para mantenerlo con vida hasta que se deposite en un punto de recogida tras las fiestas y pueda trasplantarse de nuevo. Por su parte, un árbol artificial de buena calidad y bien cuidado puede durar muchos años y, si está elaborado con materiales respetuosos con el ambiente, mucho mejor.

Hacer en casa los símbolos navideños

Una forma ecológica, divertida y que además ahorra dinero es fabricar uno mismo los símbolos navideños, a poder ser con materiales reciclados, como los adornos para el árbol o para el resto de la casa, o las cartas para felicitar las Navidades. Al hacerlos de forma artesanal, se consigue que sean más personales y se adaptan a los gustos, sentimientos, deseos, etc. de las personas cercanas. Por otra parte, las luces navideñas pueden dosificarse mediante temporizadores y lámparas de bajo consumo.

Hacer regalos ecológicos

Los regalos y las Navidades van de la mano en estas fiestas. Los pequeños de la casa son los protagonistas, pero los no tan niños también esperan un buen regalo. En el primer caso, una opción son los juguetes ecológicos, elaborados de forma respetuosa con el medio ambiente y llenos de valores educativos. En cuanto a los mayores, también pueden disfrutar de una gran variedad de productos ecológicos: alimentos «eco-delicatessen», colonias y cosméticos ecológicos; libros, películas o revistas ambientales; ropa ecológica, etc.

Elegir destinos naturales y de ecoturismo

Las vacaciones navideñas pueden aprovecharse para hacer algún viaje a un entorno natural. El turismo ecológico, o ecoturismo, ofrece una alternativa «verde» a los destinos turísticos convencionales. Al llegar al lugar de destino, el transporte público es la opción más sostenible, pero si no queda más remedio que utilizar el vehículo privado, al menos, se debe conducir de forma eficiente.

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