Un estudio cuestiona que la reforestación pueda ayudar a frenar el cambio climático

Dice que sólo tendría un efecto positivo en los bosques húmedos tropicales
Por EROSKI Consumer 15 de diciembre de 2006

Plantar un árbol puede o no ayudar en la lucha contra el cambio climático, todo depende de dónde se haga. Esto es lo que viene a decir un nuevo estudio que echa por tierra la idea de que la reforestación, en general, puede contribuir a frenar el calentamiento del planeta por su papel como sumidero de carbono.

La investigación, realizada por un equipo de científicos del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore de California, el Instituto Carnegie de Washington y la Universidad de Montpellier II (Francia), advierte de que los nuevos bosques en las latitudes medias y altas pueden crear un calentamiento neto, si bien confirma la idea de que plantar más árboles en los bosques húmedos tropicales sí puede ayudar a ralentizar el calentamiento global.

Los bosques afectan al clima de tres formas diferentes: absorben el dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera y ayudan a mantener el planeta frío; evaporan agua hacia la atmósfera e incrementan la nubosidad, lo que también contribuye al enfriamiento, y son oscuros y absorben gran cantidad de luz solar, calentando la Tierra. Las medidas de mitigación del cambio climático que proponen la plantación de árboles sólo han tenido en cuenta el primero de los efectos. «Nuestro estudio revela que los bosques tropicales son muy beneficiosos para el clima porque absorben dióxido de carbono e incrementan la nubosidad», dice Govindsamy Bala, autor principal de la investigación.

Pero el estudio concluye que, para el año 2100, los bosques en las latitudes medias y altas harán que algunos lugares sean unos cinco o seis grados centígrados más cálidos que si esos bosques no hubieran existido. «El oscurecimiento de la superficie por las cubiertas de nuevos bosques en las regiones boreales, por ejemplo, favorecerá la absorción de mayor cantidad de luz solar, calentando la superficie. De hecho, plantar más árboles en latitudes altas puede ser contraproducente desde un punto de vista climático», dice Bala. En cuanto a las regiones templadas, no se encontraron beneficios destacables derivados de la plantación de nuevos árboles.

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