España contará en 2010 con un Almacén Temporal Centralizado (ATC) para el depósito de los residuos nucleares de alta actividad. El Gobierno dio ayer un paso decisivo para su ubicación y construcción en un enclave aún sin decidir. El Consejo de Ministros aprobó la creación de la comisión interministerial encargada de fijar los requisitos técnicos y medioambientales exigibles a este repositorio, con el que España cumplirá el mandato de la UE en materia de residuos radiactivos.
En la actualidad, los restos más contaminantes de la actividad nuclear -las barras de uranio gastado- se depositan en las piscinas de almacenaje de cada una de las centrales españolas. El ATC servirá de depósito nacional único -aunque no definitivo- para la basura radiactiva. Su construcción es urgente porque la capacidad de algunas de las piscinas está al límite y en 2011, además, regresará a España el combustible vitrificado de Vandellós I, alojado en Francia desde el desmantelamiento de la central tras el incendio de 1989. Junto al ATC, en el mismo emplazamiento, se edificará un centro tecnológico sobre la energía nuclear.
Creada a instancias del Parlamento, la comisión será presidida por el secretario general de la Energía, Antonio Fernández Segura, y deberá elevar una propuesta sobre posibles emplazamientos candidatos entre los municipios interesados.
El Consejo de Ministros aprobó también el VI Plan de Residuos Radiactivos 2007-2070, con las estrategias para la gestión futura de estos desechos. Según los cálculos de Enresa, la empresa encargada de gestionar los residuos nucleares, hasta el final de la vigencia del Plan habrá que manejar 12.800 metros cúbicos de combustible gastado y otros residuos de alta actividad, y 176.300 metros cúbicos de basura de media y baja actividad. El coste total del Plan, incluido el ATC y el centro tecnológico, rondará los 10.000 millones de euros.