Una quinta parte de las especies de mamíferos vivos es de murciélagos, según un estudio publicado en la revista «Science»

Actualmente existen 1.100 variantes de este animal, adaptadas a distintos ecosistemas
Por EROSKI Consumer 28 de enero de 2005

Hace unos 50 millones de años los murciélagos vivieron una explosión de biodiversidad sin precedentes entre los mamíferos, gracias a la cual actualmente una quinta parte de las especies de mamíferos vivos es de quirópteros, según un estudio publicado en la revista «Science». En estos momentos existen 1.100 variantes -en España, 27- de este animal, adaptadas a distintos ecosistemas y que se alimentan de polen, fruta, néctar, insectos, pequeños vertebrados o sangre.

Hay 18 familias vivas del único mamífero volador y otras seis fósiles. Un equipo dirigido por Emma C. Teeling, del Instituto Nacional del Cáncer de EE.UU., ha analizado muestras del genoma de individuos de las familias actuales y dibujado un árbol genealógico de los murciélagos que tiene su origen poco después de la extinción de los dinosaurios, ocurrida hace 65 millones de años. «Calculamos que el último ancestro común del grupo de los murciélagos vivió hace 64 millones de años», escriben los investigadores, quienes apuntan que los cuatro grandes linajes de micromurciélagos se originaron hace entre 52 y 50 millones de años. Los megamurciélagos -los grandes, que viven en las regiones tropicales- habrían surgido a partir de una de esas cuatro variantes.

Teeling y sus colaboradores creen que la explosión demográfica de los murciélagos se vio favorecida por una época en la que la temperatura media anual subió siete grados centígrados, hubo un gran aumento de la diversidad vegetal y la de insectos, su principal bocado, alcanzó el máximo del Terciario.

Los murciélagos serían originarios de Laurasia, supercontinente del norte formado por Norteamerica, Europa y casi toda Asia. La otra gran masa terrestre de la época era Gondwana, compuesta por América del Sur, África, India, Antártida y Oceanía. Los autores proponen, además, que la ecolocalización, un sistema de rádar que les permite guiarse en la oscuridad gracias a ultrasonidos, apareció sólo una vez en la historia de la evolución de esta especie.

Los megamurciélagos -cuya dieta es primordialmente frugívora- habrían perdido con el tiempo esa capacidad radárica que permite a sus parientes más pequeños atrapar insectos y pequeños vertebrados en plena noche, y hasta volar en medio de un bosque de hilos sin enredarse. Los investigadores calculan que ha desaparecido el 60% del legado fósil de este sorprendente animal.

Los murciélagos son, además, los únicos mamíferos que han adquirido la capacidad de volar. Su enorme proliferación se debe probablemente a esta extraordinaria habilidad. Y al hecho de que no han entrado en competencia con los demás animales voladores: las aves. No en vano, estas criaturas comienzan su actividad al caer la noche, justo cuando termina la de la mayoría de las especies aladas.

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