La Administración Atmosférica y Oceánica Nacional de EE.UU. (NOAA, en sus siglas en inglés) ha detectado la formación de «El Niño». Los primeros síntomas que anuncian este fenómeno climático ya han comenzado a sentirse en Indonesia, Malasia y Filipinas, donde el tiempo está siendo más seco que de costumbre. Después, sus efectos se harán visibles en forma de lluvias intensas en países como Ecuador, Bolivia y los Estados norteamericanos bañados por el Golfo de México, y de sequías en distintas regiones del centro y el sur del continente americano.
Varios países latinoamericanos, que recuerdan los efectos devastadores que «El Niño» provocó en 1997, ya se preparan para las lluvias torrenciales o las sequías -dependiendo de la región en que se encuentren- que puede causar. Sin embargo, la NOAA asegura que el fenómeno no alcanzará la intensidad registrada hace diez años.
Se prevé que «El Niño» gane fuerza según se acerque el fin de año y se mantendrá durante los primeros meses de 2007. Este fenómeno sucede cuando la corriente fría del Pacífico oriental, que transporta aguas frías del Antártico frente a la costa sudamericana, sobre el ecuador, se debilita. Esto permite que las temperaturas del océano suban de forma considerable. Los efectos más o menos notorios dependen de lo importante del incremento. A principios de la década de los 80 y en 1997, el agua del mar superó en cuatro o cinco grados centígrados la temperatura normal; pero este año, las previsiones indican que sólo se superará en uno o dos grados.
En 1997, «El Niño» causó más de 2.000 muertes y las pérdidas económicas estimadas alcanzaron los 26.000 millones de euros. Este año será mucho más suave, y de momento sus efectos han sido incluso beneficiosos, haciendo que la temporada de huracanes haya sido menos intensa de lo esperado.
Temporada de huracanes
El Atlántico sigue sufriendo la temporada de ciclones. La tormenta «Helene» se convirtió en huracán, con vientos máximos sostenidos de 120 kilómetros por hora, que lo sitúan en la categoría uno de la escala Saffir-Simpson (del uno al cinco).
El huracán «Lane» de categoría tres en la escala tocó tierra en el estado de Sinaloa (oeste) por lo que las autoridades mexicanas extremaron las medidas de seguridad y elevaron la alerta en esta zona del país de «naranja» a «roja» (la máxima).
El ojo del huracán, con un diámetro de 18 kilómetros, afectó también a los estados de Baja California Sur, Chihuahua, Durango, Nayarit, Jalisco, Colima y Michoacán.
Al parecer la actual temporada de huracanes será menos intensa de lo previsto en mayo pasado
Las lluvias en estos estados de entre 150 y 300 milímetros, con máximos puntuales de hasta 650 milímetros, generaron derrumbes, inundaciones, crecidas en ríos y arroyos y un aumento «peligroso» en los niveles de las represas.
«Lane», quinto huracán intenso de la temporada 2006 en el océano Pacífico mexicano, se cobró el jueves la vida de un niño de diez años en el sureño estado de Guerrero.
En lo que va de temporada, que comenzó el 1 de junio y finalizará el 30 de noviembre, se han formado además los huracanes «Ernesto», «Florence», «Gordon» y «Helene».
El meteorólogo estadounidense William Gray, conocido como el «gurú» de los huracanes, vaticinó en su nuevo pronóstico de septiembre que la actual temporada de huracanes será menos intensa de lo previsto en mayo pasado.