Los centros de salud españoles reciben cada día un millón de consultas. De todas ellas, el 60% son realizadas por mujeres y, un porcentaje significativo de ellas, unas 60.000, sufre maltrato. No obstante, según afirmó la doctora Carmen Fernández, médico de familia del Centro de Salud del Barco de Valladolid, en el marco del XVII Taller Nacional de Entrevista Clínica y Comunicación en Salud celebrada en Oviedo, las afectadas no mencionan de manera expresa este problema delante del facultativo. Fernández aseguró que los médicos de familia deben aprovechar que preguntan por otros problemas de salud para realizar una intervención encaminada a identificar signos de alerta y factores de riesgo.
«Las frecuentes visitas a la consulta, la ansiedad prolongada no justificada y los entornos de posible riesgo que el médico conoce gracias a su relación con la mujer y su familia constituyen elementos que deben empujar a indagar activamente si existe o no una situación de maltrato», aseguró por su parte Asensio López, vicepresidente de la Sociedad Asturiana de Medicina de Familia y Comunitaria y el Grupo de Comunicación y Salud de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), organizadora de este encuentro.
La semFYC indica que el médico de familia es el profesional sanitario en mejores condiciones para la detección precoz de un caso de violencia doméstica, aunque en muchas ocasiones la falta de tiempo y el temor a invadir la esfera privada de la paciente son algunas de las razones que explican el diagnóstico tardío. «A veces, la detección es posible a través de una serie de signos físicos fácilmente visibles, pero incluso en estos casos hay mujeres que se esfuerzan por ocultar el problema», matizó López.
La violencia doméstica es «un grave problema social que tiene siempre consecuencias negativas para la salud de las mujeres que lo sufren», afirmó el vicepresidente. Los problemas de salud que presentan las mujeres maltratadas son tanto de naturaleza física como psíquica.
Por lo que se refiere al agresor, que con frecuencia comparte médico de familia con la víctima, el médico tiene además la obligación de intervenir sobre su conducta. En este caso, en el taller se aconsejó a los especialistas hablar con tono calmado y seguro, identificar comportamientos inaceptables y no dejarse intimidar, permitirle reconocer sus comportamientos violentos y hacerse responsables de sus actos.
