Reconstrucción mamaria

La remodelación mamaria a partir de los propios tejidos de la mujer consigue los mejores resultados estéticos, frente a las prótesis de silicona o salina
Por Montse Arboix 27 de noviembre de 2009
Img mujeres

Cuando una mujer se somete a una mastectomía puede solicitar una reconstrucción mamaria en el mismo momento de la operación o una vez que haya terminado el periodo de recuperación. Entre las diferentes opciones, la remodelación mamaria a partir de los propios tejidos de la mujer consigue los mejores resultados estéticos, frente a las prótesis de silicona o salinas. No obstante, en España, sólo un 10% de las mujeres mastectomizadas se somete a esta intervención.

En 2008, sólo unas 3.000 españolas solicitaron la reconstrucción de la mama, a pesar de que es una intervención segura, con resultados muy buenos. Apenas una de cada diez mujeres con posibilidad de someterse a esta operación, lo hizo. Los especialistas atribuyen este bajo porcentaje a la falta de información disponible para las afectadas, ya que desde la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE) explican que la mayoría de las mujeres decide reconstruir el pecho a la vez que se realiza la mastectomía para evitar el impacto psicológico de verse sin una mama.

Anatomía del injerto

El desarrollo de nuevas técnicas y materiales permite crear una mama de características similares a la original. La cirugía evoluciona de forma tan rápida que, incluso, los procedimientos son cada vez menos invasivos. Las opciones quirúrgicas son varias y dependen de la cirugía previa, la radioterapia aplicada, los antecedentes de la paciente, los hábitos tóxicos (tabaquismo) y la disponibilidad de tejido graso suficiente en las zonas donantes.

Las complicaciones en la reconstrucción mamaria con tejido autólogo son excepcionales, aunque hay que estar alerta a cualquier señal

Los mejores resultados se obtienen cuando se utiliza el propio tejido de la paciente a partir de un injerto autólogo, es decir, un conjunto de piel, grasa, músculo y vasos sanguíneos que se extraen de otra parte del cuerpo para la reconstrucción de la mama. Las zonas donantes por excelencia son el abdomen y su músculo recto, el glúteo y el músculo de la zona dorsal de la espalda «latissimus dorsi».

Hay dos tipos de injerto, en función de que el paquete vascular se seccione o se mantenga intacto. El injerto pediculado mantiene el aporte sanguíneo original y desplaza el tejido por debajo de la piel hasta llegar a la pared del tórax. En el injerto libre, se seccionan los vasos sanguíneos y, al unir el tejido extraído a la parte receptora, la circulación se restablece mediante microcirugía.

Posibles complicaciones

Las complicaciones en la reconstrucción con tejido autólogo son excepcionales aunque, si no se identifican a tiempo, pueden acarrear problemas graves. Si la zona de unión de los vasos sanguíneos (anastomosis) es demasiado estrecha o se forman coágulos, hay peligro de trombosis venosa. En este caso, es preciso reintervenir a la paciente para restaurar el flujo del tejido injertado. La formación de hematomas o sangrado, tanto en la zona donante como en la receptora, es otro de los inconvenientes cuando se han retirado con demasiada premura los drenajes, que expulsan el líquido de desecho, como sangre o seroma (acumulación de líquido claro en partes huecas del organismo).

Cuando estos líquidos no son son abundantes, el organismo los reabsorbe; en caso contrario, deben extraerse por punción o mediante un nuevo drenaje. Otra de las complicaciones que puede aparecer es la necrosis grasa, si la perfusión en este tejido es deficiente, cuyos síntomas son una extrema flacidez en la zona.

Autocuidados después de la cirugía

Tras el injerto de tejido autólogo, es posible que la mujer reciba el alta, aunque tenga algún drenaje durante una o dos semanas para evitar posibles complicaciones. Es necesario que en este tiempo lleve ropa holgada, que se abotone por delante, para mayor comodidad. Utilizar una almohada para el brazo del lado intervenido, ya sea para descansar o para dormir, proporcionará mayor confort.

Los especialistas aconsejan empezar con la actividad física de forma progresiva y aumentar la dedicación tanto como sea posible, si bien se debe evitar coger pesos superiores a 2,5 kilos o alcanzar objetos que se sitúen por encima de la altura de la cabeza, al menos, durante tres semanas. Es imprescindible seguir de forma regular la tabla de ejercicios de estiramientos que se enseña en el hospital. Conviene forzar el músculo un poco más cada día, sin llegar a sentir dolor, y mantener las posiciones de los ejercicios tanto tiempo como sea posible. Los programas de rehabilitación después de algunas semanas de la intervención facilitan los estiramientos posturales y abdominales, a la vez que estabilizan la zona pélvica.

Masajear sin presión el injerto después de que haya cicatrizado ayuda también a deshacer el tejido cicatricial, alivia la hipersensibilidad residual y disminuye el entumecimiento. Para ello, puede utilizarse una crema hidratante con aloe vera y vitamina E. No obstante, a pesar de estas medidas, debe pasar un tiempo hasta que la mama reconstruida adquiera el volumen, la forma y el color definitivos.

CIRUGÍA SIN CICATRICES EN CÁNCER DE MAMA

ImgLas ventajas de la cirugía mínimamente invasiva desplazan cada vez más a las técnicas tradicionales. En el cáncer de mama es una elección eficaz y segura. La tendencia actual ante un tumor de este tipo es intentar conservar en lo posible la mama, que con esta técnica se puede lograr en un 70% de los casos. En España, el centro de referencia en oncoplastia y reconstrucción mamaria es el Complejo Hospitalario Universitario de La Coruña.

Esta cirugía, que se utiliza todavía poco en nuestro país, extrae el tumor con la misma seguridad que las técnicas más agresivas, pero intenta mantener el volumen, el contorno y la forma mamaria. Las pequeñas incisiones que se precisan para la extirpación provocan un cambio mínimo en la imagen de la mujer. No obstante, los especialistas insisten que los resultados dependen de la localización anatómica y de la zona que se resecciona.

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