Baja por reglas dolorosas: una nueva ley para un viejo problema

Según la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), una de cada tres mujeres tiene reglas dolorosas. El dolor puede deberse a otros problemas y ser incapacitante en muchos trabajos
Por Manuela García Llanos 19 de mayo de 2022
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Imagen: iStock
Las mujeres tienen alrededor de 450 reglas a lo largo de su vida. Se trata de un proceso fisiológico natural, pero muchas de ellas sobrellevan cada uno de estos ciclos con intensos dolores, calambres, náuseas, diarrea, cefaleas y mareos. Unos síntomas que pueden alterar la calidad de vida de una persona e incapacitarla para hacer deporte, trabajar o seguir con su ritmo de vida habitual. La reforma de la ley del aborto aprobada recientemente no solo da luz verde a la baja laboral por reglas dolorosas, sino que rompe el tabú sobre un problema que viven de manera oculta los miles de mujeres que lo sufren.

¿En qué consiste la baja por reglas dolorosas?

España ha sido el primer país europeo en introducir la baja laboral para reglas dolorosas, aunque existen precedentes en Japón (que aprobó la ley en 1947), Corea del Sur, Indonesia y Taiwán. A nivel estatal se han adelantado el Ayuntamiento de Girona, que incluyó este derecho en sus convenios laborales en junio de 2021, y tres meses después lo hizo el de Castelló de la Plana. La reforma, no obstante, tardará meses en implantarse. Aunque se tramite de urgencia, como es el caso, no entrará en vigor hasta 2023.

La nueva ley del aborto recoge la salud menstrual como parte del derecho a la salud y especifica que debe ser igualitaria para todas, en todos los niveles sanitarios, y sin distinción en función del lugar de residencia. Además, combatirá los estereotipos y mitos sobre la regla que aún existen y que dificultan la vida de las mujeres. 

La Ley Orgánica para la Protección de los Derechos Sexuales y Reproductivos y la Garantía de la Interrupción Voluntaria del Embarazo permitirá a las mujeres no trabajar si un médico acredita que sufren menstruaciones dolorosas, ya que recoge la salud menstrual como parte del derecho a la salud. Se trata de un permiso con prescripción médica, ilimitado y pagado por la Seguridad Social desde el primer día.

Según el profesor de la Universidad Complutense de Madrid, Alfonso Meneses, también doctor en Enfermería, Máster en Investigación de Cuidados de la Salud y experto en tema de Salud Laboral, hasta ahora las mujeres con dismenorrea (dolor menstrual) no acudían al trabajo el día de mayor sintomatología, poniendo “excusas de otro tipo como malestar o dolor estomacal, ya que la menstruación sigue siendo un tabú y genera un estigma a la mujer”.  

El dolor menstrual puede llegar a ser incapacitante en muchos trabajos; sobre todo en aquellos que requieren de un gran esfuerzo, posturas continuas de pie o sentadas que son gravosos físicamente. La capacidad laboral en los días de dolor también influye en el rendimiento de trabajos con gran estrés o que suponen un gran esfuerzo mental.

Para Meneses, este tipo de medidas en el ámbito laboral debe venir acompañado de la búsqueda de alternativas en las empresas, como adecuar esos días la jornada laboral durante los días que dure el dolor, llevar a cabo otro tipo de actividades más livianas o adaptar el puesto si es necesario.

¿Por qué duele la regla?

Según la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), una de cada tres mujeres, especialmente adolescentes y adultas jóvenes, tienen reglas dolorosas. A pesar del alto porcentaje, no se debe normalizar el dolor. El motivo es que, en muchos de los casos, tras esta sintomatología se esconden enfermedades como la endometriosis o los ovarios poliquísticos.

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Imagen: silviarita

Lejos de lo que se piensa, el dolor menstrual no proviene de los ovarios, sino de la contracción del útero. Esta contracción se origina a través de un mecanismo que es la liberación de prostaglandinas, unas hormonas que se descubrieron en la glándula prostática y que participan en las respuestas inflamatorias al estimular las terminales nerviosas del dolor.

Típicos de las prostaglandinas son los cólicos, esos picos de dolor agudo y espasmódico en la parte inferior del abdomen, sucedidos de algo de relajación. No obstante, el dolor también puede manifestarse de manera continua. Según la SEGO, esta sintomatología puede aparecer de manera aislada o acompañada de náuseas, vómitos, dolor de cabeza, diarrea, mareos e irritabilidad.

Este dolor cólico comienza habitualmente entre uno y tres días antes del período, alcanza su punto máximo 24 horas después del inicio del período y disminuye en dos o tres días.

Tipos de dismenorrea o dolor menstrual

Hay dos tipos de dolor menstrual:

  • Dismenorrea primaria. Es el tipo más común de dolor menstrual. Aparece en mujeres de entre 17 y 25 años y no es debido a ninguna enfermedad. Remite a las 24 o 48 horas después del inicio de la regla.
  • Dismenorrea secundaria. Afecta a mujeres mayores de 30 años y es causada por enfermedades que afectan a su útero u otros órganos reproductivos, como la endometriosis, miomas, malformaciones genitales, enfermedad inflamatoria pélvica, quistes de ovario o pólipos endometriales, según apuntan desde la SEGO. A diferencia de la dismenorrea primaria, el dolor es más continuo, suele aparecer una semana antes de la regla y continúa hasta después que termine.

El doctor José Luis Neyro, ginecólogo y redactor principal del ‘Documento de Consenso sobre Endometriosis’ de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), pone el foco en la necesidad de no pasar por alto el dolor, ya que, en buena parte de los casos, el motivo responde a la endometriosis.

Con esta enfermedad, que suele tardar una media de siete años en ser diagnosticada, aunque afecta al menos al 10 % de las mujeres en edad fértil (y a casi la mitad de las que tienen problemas para concebir), las células del revestimiento del útero crecen fuera de éste. “A la hora de valorar el dolor menstrual hay que tener en cuenta la fertilidad de la mujer y la posibilidad de endometriosis, ya que el 40 % de las mujeres que tienen dificultades para quedarse embarazadas acaban teniendo este diagnóstico”, subraya Neyro.

¿Cómo disminuir el dolor menstrual?

Para aliviar el dolor de la regla hay varias alternativas:

  • Tomar antiinflamatorios no esteroideos. El dolor menstrual primario se trata con antiinflamatorios no esteroides (AINE), como el ibuprofeno o el naproxeno, que actúan inhibiendo la ciclooxigenasa y, así, la producción de prostaglandinas.
  • Aplicar calor. El calor ayuda a relajar la zona y mejorar el flujo contribuye a reduce el dolor cólico. Usar una almohadilla caliente o una bolsa de agua caliente en la parte inferior del abdomen o darse un baño caliente, son buenas opciones.
  • Practicar deporte. Hacer ejercicio de manera regular mejora la circulación y reduce la hinchazón de la zona. El ejercicio disminuye el dolor de la regla.
  • Evitar el estrés. Reducir el estrés impide que se libere cortisol, una hormona que puede aumentar las contracciones musculares en el útero. Por ello, es conveniente practicar técnicas de relajación.
  • Procurar un buen descanso. Dormir ocho horas y colocarse en posición fetal, de lado con los brazos y las piernas metidos, reduce la presión sobre los músculos abdominales.
  • Cuidar la hidratación. Beber agua en abundancia para estar hidratada.
  • Alimentarse saludablemente. Los alimentos con vitamina E, tiamina (vitamina B1) y magnesio reducen la tensión muscular o la inflamación. Hablamos de alimentos como las nueces, los pescados grasos (atún, salmón…) o los vegetales de hoja verde.  
  • Evitar el consumo de alcohol y tabaco, y reducir la cafeína. La cafeína contribuye a aumentar el dolor menstrual ya que estrecha los vasos sanguíneos y por tanto reduce el flujo de sangre al útero e incrementa el dolor.
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