El uso adecuado de la mochila «es fundamental» para la salud del niño, afirma la Confederación Española de Consumidores y Usuarios (CECU), que recuerda que cargar las mochilas de forma excesiva es la principal causa de que la mitad de los niños y casi siete de cada diez niñas entre 10 y 15 años tengan dolores de espalda, según un estudio del Hospital Ramón y Cajal de Madrid.
La carga que puede tolerar un niño en la espalda varía según su edad y estado físico, sin embargo, lo ideal, según CECU, sería que la misma no superase el equivalente al 10% ó 15% del peso del niño. Multiplicando el peso del niño por 10 ó 15 y dividiéndolo entre 100 se obtiene el peso máximo que puede cargar a la espalda.
A la hora de elegir una mochila, la Confederación recuerda que las de ruedas que se arrastran mediante un asa extensible «resultan mucho menos manejables, pudiendo forzar la muñeca y provocar lesiones también en la espalda, ya que cuentan sólo con un punto de anclaje frente a las dos bandas de sujeción de las mochilas que se fijan sobre los hombros».
La mochila ideal es aquella que «descansa y se adapta a la curva que forman las vértebras dorsales», cuidando que la parte baja «quede unos cinco centímetros por encima de la cintura», explica CECU. El tamaño se tiene que adecuar a la edad y talla del niño, ya que una mochila excesivamente grande puede ocasionar que el peso involucre a la zona lumbar, mucho más sensible que la dorsal.
Cuando se proceda a llenarla, CECU dice que es conveniente repartir la carga y colocar lo más pesado y voluminoso cerca de la columna, aligerando el peso hacia afuera.
