Un equipo de científicos de EE.UU. ha descubierto la primera estructura que se conoce de una proteína PAT encargada de almacenar la grasa, hallazgo que da nuevas claves en la investigación de fármacos que permitan combatir la obesidad, según un artículo publicado en la revista «Structure».
«Hemos descubierto la primera estructura atómica de una proteína PAT, la TIP47, que aparece en la mayoría de los distintos tipos de células y que se vincularía químicamente con otra proteína, la peripilina, presente en las células grasas», asegura el investigador James H.Hurley, del Instituto de la Salud de Maryland.
Según el experto, este descubrimiento se trataría de «la primera evidencia» que se tiene de que las proteínas PAT son «objetivos realistas» para la fabricación de fármacos contra la obesidad, después de demostrarse que funcionalmente hay «un punto importante» de vinculación entre unas y otras. Pero, precisó que aún queda mucho por investigar antes del desarrollo de fármacos plenamente efectivos a partir de este hallazgo, labor que corresponde a la industria farmacéutica.
La estructura
Antes de todo, queda pendiente de resolverse la estructura de la peripilina y qué molécula a partir de compuestos químicos vincularía proteínas, añadió Hurley. El científico recuerda que sobre la perilipina se había demostrado que, cuando se suprime su gen en ratones, éstos dejan de almacenar grasa en los tejidos adiposos, y dicho descubrimiento ya se convirtió entonces en objetivo potencial para el desarrollo de fármacos contra la obesidad.
Los investigadores estadounidenses han descubierto ahora que una estructura cristalina de la proteína TIP47 incluye «aspectos notorios», como «un profundo reducto hidrofóbico que aparentemente conecta con otra proteína u otras moléculas».
Las similitudes detectadas entre la TIP47 y la perilipina hacen suponer que la hendidura o reducto descubierto en aquella proteína está presente en todos los tipos PAT. Por ello, podría ser efectivo contra la obesidad y el exceso de peso el desarrollo de algún fármaco que permitiera activar la conexión con la perilipina. «Si hubiera algún modo de fabricar una pastilla que tuviera el mismo efecto en la gente que el producido por la ausencia del gen de la perilipina en ratones, que bloquea el almacenamiento de grasa en sus tejidos adiposos, podría utilizarse para combatir la obesidad», declaró Hurley.
