Un grupo de científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Indiana (EE.UU.) ha logrado reactivar sangre humana de un cordón umbilical que estuvo congelado durante 15 años, lo que podría indicar un importante avance en la lucha contra la leucemia. Según estos expertos, la reactivación de esta sangre sugiere que los especímenes preservados durante ese tiempo también podrían ayudar en la recuperación de la médula ósea de pacientes con leucemia.
La sangre del cordón umbilical congelada en 1985 y 1986 comenzó a reproducirse en cultivos de laboratorio como si fuera nueva, explica la revista «Proceedings of the National Academy of Sciences», que publica un artículo sobre este descubrimiento. «Los estudios anteriores habían establecido que la sangre se podía reavivar después de estar congelada un máximo de cinco años», señalan los científicos, que recuerdan que la sangre extraída del cordón umbilical contiene una gran cantidad de células madre («stem cells»), las cuales se convierten en células de médula ósea.
Las actuales terapias de radiación y la quimioterapia destruyen las células de la médula ósea de pacientes con leucemia y cáncer, pero éstas podrían recobrarse mediante la recuperación de la sangre congelada hace mucho tiempo, apuntan los investigadores. De hecho, la recuperación de la médula ósea mediante la transfusión de sangre del cordón umbilical se realiza desde hace más de una década con un éxito comparable al trasplante de médula ósea, precisan.
Estos científicos creen que la posibilidad de aplicar la crioconservación a cordones umbilicales durante más tiempo para extraer su sangre, permitirá aumentar la disponibilidad de células madre para su conversión en células de médula ósea.
En el estudio, los científicos de la Universidad de Indiana y dos investigadores del Instituto Nacional de la Salud descongelaron sangre de un cordón umbilical conservado hace 15 años y probaron su viabilidad. Encontraron que las células podían multiplicarse en cultivos de laboratorio, y los especímenes fueron aplicados a ratones que no tenían sistema de médula ósea ni de inmunización. «Las células del cordón umbilical que estuvo congelado comenzaron a multiplicarse en los ratones y a producir células de médula ósea», indica Hal E. Broxmeyer, uno de los investigadores.
De todos modos, los expertos advierten de que este estudio está todavía en una etapa experimental, y que las células de esos cordones umbilicales congelados tendrán que demostrar su buen funcionamiento antes de que sean aceptadas de manera general.