Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han demostrado que una familia de genes, denominada «Snail», confiere a las células cancerígenas resistencia a su destrucción.
Este trabajo, que acaba de publicarse en la revista científica «Genes and Development», tiene importantes implicaciones para conocer el comportamiento tanto de las células embrionarias como de las cancerígenas, con lo que se abren nuevas expectativas en el tratamiento de esa enfermedad y, en concreto, en el conocimiento sobre el proceso de malignización tumoral que resulta en la formación de metástasis.
Si bien «Snail» actúa de forma natural y beneficiosa durante el desarrollo embrionario, puede activarse patológicamente durante la edad madura, facilitando a diversos tumores la capacidad de formar metástasis y confiriendo a sus células resistencia a la destrucción, afirman los expertos del CSIC, dirigidos por Ángela Nieto.
El equipo de esta experta, que lleva doce años trabajando en el aislamiento y la caracterización de este tipo de genes, ya había demostrado que la principal función de «Snail» era inducir el movimiento de las células desde su lugar de origen a otras zonas, a veces alejadas. Este proceso ocurre de forma natural durante el desarrollo embrionario, siendo el responsable de que se formen diversos componentes del sistema nervioso, los músculos y los huesos.
El fenómeno ocurre igualmente durante la diseminación de un tumor, siendo también los genes «Snail» los que se encargan de este proceso, que puede ser fatal.