Cirujanos plásticos procedentes de 30 países alertaron ayer de que en Europa y América está aumentando el número de pacientes que se han operado en varias ocasiones y que padecen dismorfobia corporal, un sentimiento subjetivo de fealdad que el paciente cree que es evidente para los demás, aunque su aspecto está dentro de los límites de la normalidad.
Más de 700 especialistas participan en el 39 Congreso de la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética (SECPRE) y en el decimoquinto Congreso de la Federación Iberolatinoamericana de Cirugía Plástica (FILAC), que se celebran desde el pasado viernes y que se clausuran hoy en Sevilla.
José Sainz Arregui, presidente del Congreso de la SECPRE, advirtió de que la cirugía estética «se está convirtiendo en un artículo de consumo, y, tanto en España como en otros países de Europa y América, está aumentando el número de pacientes multioperados y que padecen dismorfobia corporal». Según sus datos, este síndrome afecta al 1% de los pacientes que son rechazados por el especialista porque no reúnen las condiciones para ser operados.
«Para acabar con el aspecto comercial que está adquiriendo la cirugía estética, los cirujanos plásticos tenemos que estar preparados para rechazar a aquellos pacientes que son adictos a la cirugía, como los bulímicos y anoréxicos, que nunca están de acuerdo con su imagen por perfecta que ésta sea», subrayó Arregui.
Según la SECPRE, los españoles gastan al año mil millones de euros en intervenciones, aunque se desconoce la cantidad que corresponde a operaciones de cirugía plástica y cuánto se destina a estética. No obstante, el 80% de las intervenciones que realizan miembros de esta asociación corresponde a cirugía reconstructiva y sólo un 20% a estética.
«Entre todos debemos concienciar a la sociedad de que no hay cirujanos estéticos sino cirujanos plásticos con formación estética, los únicos que pueden realizar este tipo de intervenciones», dijo, por su parte, el presidente de la Sociedad, Manuel Sánchez.
