Maquillaje permanente, ¿buena idea o capricho con riesgo?

Antes de abandonar el lápiz de ojos o el pintalabios diario y pasar por las agujas, es necesario pensarlo bien y ponerse en buenas manos
Por Eva San Martín 28 de julio de 2018

Img maquillaje permanente cejas eye liner art

Los tatuajes no pasan de moda. Unos 60 millones de europeos los llevan, según datos de la Comisión Europea. Y desde 2003, su porcentaje ha aumentado un 7 %. No solo hay tatuajes coloridos que buscan decorar la piel. A esta tendencia se une otra muy pujante: la del maquillaje permanente de ojos, cejas e incluso labios. En otros casos, es reparador e incluso ayuda a reconstruir la areola del pecho de mujeres con cáncer de mama. Pero, este maquillaje ni es tan permanente como promete su nombre, ni está exento de riesgos, como se ve a continuación.

El maquillaje permanente, o micropigmentación, es más superficial que el tatuaje y dibuja cejas, contornos de labios e incluso marca la línea de los ojos con la promesa de disfrutar de una mirada magnética sin tener que recurrir al maquillaje diario

Mientras que los tatuajes son dibujos que se consiguen al inyectar tintas de colores bajo la piel y su característica principal es que son para siempre, esto no ocurre con el maquillaje permanente. Dibuja cejas, contornos de labios e incluso marca la línea de los ojos (eyeliner) con la promesa de disfrutar de una mirada magnética sin tener que recurrir al maquillaje diario, pero, al contrario de lo que sugiere su nombre, el dibujo no es permanente, sino que desaparece con el tiempo, en general, en uno o dos años.

El maquillaje permanente -técnicamente conocido como micropigmentación– también colorea la piel, pero solo su capa más superficial (epidermis). Además, las tintas que usa contienen excipientes (glicerina, agua…) que hacen que vaya siendo asimilado por el organismo. También varía la composición de los colores, que no son tan vivos como en los tatuajes, sino más parecidos a las gamas empleadas en el maquillaje.

No hay cifras oficiales del sector, ni sobre el número de centros ni del de profesionales que realizan el maquillaje permanente en España, como confiesan y lamentan los propios profesionales. Pero los expertos sí reconocen que es una tendencia que crece. Y no solo entre mujeres, sino también entre los hombres. ¿Y qué zonas son las más demandadas? Los ojos, seguidos de las cejas (que se rellenan para aumentar su volumen) y labios.

La técnica de la micropigmentación, popularizada por su aplicación como método de maquillaje facial semipermanente, también se emplea para corregir cicatrices y quemaduras e, incluso, para reconstruir la areola a las mujeres con cáncer de mama. Pero los precios no son aptos para todos los bolsillos: oscilan entre los 300 y los 500 euros. Y aún hay que contar con las sesiones de repaso.Img maquillaje permanente areola pechos art

Maquillaje que cura

La micropigmentación mamaria reconstruye la areola y pezón a mujeres con cáncer de mama

El maquillaje permanente puede tener un objetivo puramente estético pero también puede ser reparador. Con esta técnica, lo que era un bulto pasa a ser un pecho. Lo consigue la micropigmentación mamaria, una coloración parecida al tatuaje que reconstruye la areola y pezón a mujeres con cáncer de mama, y que desde abril forma parte de los tratamientos costeados por la sanidad pública.

La práctica ya la realizan algunos centros hospitalarios españoles, entre ellos, el Ramón y Cajal o el Hospital Universitario de Torrejón, ambos en Madrid. Pero pronto podrían ser más.

Y a veces el maquillaje permanente puede ser incluso solidario. Es el caso de la iniciativa #AreolaSolidaria, de la Asociación Española de Micropigmentación Estética, Paramédica y Oncológica (Amepo), que realiza la reconstrucción de pezón totalmente gratuita a todas aquellas personas que han sufrido una mastectomía. Y no están solos: tatuadores (en este caso de tatuaje permanente) de toda España se han agrupado en la plataforma Tatuaje solidario con el cáncer de mama para ayudar a las mujeres enfermas también de forma gratuita.

¿Un capricho con riesgo?

Antes de lanzarse a las manos de un maquillador permanente por pura estética, los profesionales aconsejan meditarlo y no dejarse llevar por el impulso. Si decide hacerlo, dejará a un lado el lápiz de labios durante un tiempo. Pero si no le gusta el resultado, el pigmento puede tardar hasta cinco años en ser eliminado por completo y, durante ese tiempo, la pigmentación puede variar su color inicial.

El Ministerio de Sanidad, además, recomienda cerciorarse de que la clínica escogida usa productos autorizados, cumple los requisitos legales y cuenta con un profesional cualificado y unas condiciones higiénicas adecuadas.

Por otro lado, como todos los procedimientos estéticos, el arte de la persona que lo realiza desempeña un papel importante en el resultado final, ya que puede ser muy natural o, por el contrario, llamar la atención por su artificialidad.

Por último, el maquillaje permanente implica hacer pequeños pinchazos con una aguja en la piel, por lo que debe saber que la zona puede inflamarse y aparecer una ligera costra. Los profesionales por eso reiteran: siempre hay que buscar a un maquillador experimentado, pedir la documentación y exigir unas condiciones mínimas de higiene.

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