Comer en solitario aumenta el riesgo de contraer anorexia y bulimia en las chicas, según un estudio

También influye el ambiente familiar y algunas revistas juveniles sobre moda, belleza y cotilleos
Por EROSKI Consumer 10 de febrero de 2003

Comer en solitario es uno de los principales factores de riesgo de contraer anorexia y bulimia nerviosa, así como otros trastornos en la conducta alimentaria en las chicas, según un estudio de la Universidad de Navarra sobre una muestra de 2.862 muchachas. También identifica como factores de riesgo el ambiente familiar y la comunicación con los padres, y la influencia de algunas revistas juveniles de moda, belleza y cotilleos.

Este trabajo se realizó desde 1997 a través del seguimiento prospectivo de un grupo de personas exentas inicialmente de las enfermedades que se analizan. «Al principio se recogieron factores de riesgo potenciales y luego se valoró su relación con el riesgo de aparición de trastornos en el futuro», explicó Miguel Ángel Martínez, director de la Unidad de Epidemiología y Salud Pública de la Clínica Universitaria y uno de los autores.

Los investigadores seleccionaron una muestra representativa de 2.862 chicas de entre 12 y 21 años. «Al ser una muestra representativa nos permitía extrapolar los resultados», dijo Martínez. Tras completar un conjunto de tests, aquellas que podían tener más riesgo de anorexia, bulimia u otros trastornos alimentarios fueron entrevistadas por un equipo de psiquiatras de la Clínica Universitaria.

En este sentido, se encontró que el 4% de las chicas de entre 12 y 21 años, estaban ya afectadas por anorexia (0,5%), bulimia (2%) o algún trastorno alimentario (1,5%), es decir, una de cada 25 chicas de Navarra de entre esas edades padece alguna de estas enfermedades.

En 1997, los investigadores fueron recopilando factores de riesgo y durante 18 meses se continuó el seguimiento a las jóvenes que inicialmente estaban exentas de trastornos. Entre ellas diagnosticaron 90 nuevos casos, por lo que «se buscaron los factores que mejor predecían la enfermedad», apuntó Martínez.

El estudio concluyó que son tres los aspectos que principalmente influyen en estas enfermedades. En primer lugar, el hecho de que las chicas coman solas. De la muestra, había 440 que habitualmente lo hacían y este grupo tiene tres veces más riesgo de desarrollar un trastorno alimentario.

Otro factor de riesgo es el estado civil de los padres. «El riesgo se duplicaba en aquellas chicas cuyos padres estaban viudos, separados o divorciados», afirmó Martínez.

Por último, la exposición a determinados medios de comunicación, «sobre todo, la lectura de revistas dirigidas adolescentes que dan mensajes que pueden ser perniciosos, como seguir dietas milagro, las figuras estilizadas de las modelos, etcétera».

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