Cómo afectan las enfermedades neuromusculares a la respiración

Existen más de 150 enfermedades que no son respiratorias en sí, pero que afectan de manera muy importante al sistema respiratorio
Por Eva Maroto López, Fundación Lovexair 26 de septiembre de 2018

Las enfermedades neuromusculares (ENM) son un grupo de enfermedades neurológicas progresivas que tienen, en su mayoría, un origen genético. Existen más de 150, todas ellas consideradas enfermedades raras. Estas patologías crónicas pueden aparecer a cualquier edad, aunque más del 50 % lo hacen en la infancia. Los músculos son los principales afectados, y eso da lugar a debilidad, contracturas y deformidades, entre otras consecuencias. Además, generan discapacidad, pérdida de autonomía personal y cargas psicosociales importantes. Pero también influyen en la respiración, como veremos en este artículo, donde se detallan los síntomas, el tratamiento y los consejos que tener en cuenta a diario.

Cómo repercuten las enfermedades neuromusculares en la respiración

Las ENM afectan a todos los músculos del cuerpo, incluyendo a los músculos respiratorios. Este problema hace que la respiración sea muy superficial, lo que provoca una acumulación del dióxido de carbono, es decir, del gas de desecho producido en la respiración. Cuando se ve afectada la musculatura respiratoria inspiratoria, es decir, la encargada de ayudar a que el pulmón se llene de aire, se producen las siguientes consecuencias:

  • 1. La capacidad vital pulmonar (máxima cantidad de aire que puede expulsar una persona tras una inhalación máxima) disminuye de manera progresiva según va avanzando la enfermedad.
  • 2. La capacidad de distenderse los pulmones y el tórax también se ve disminuida.
  • 3. La cantidad de oxígeno disponible para utilizarse es menor.

La tos es un acto reflejo de nuestro organismo que nos ayuda a expulsar secreciones u objetos extraños del aparato respiratorio. Su funcionamiento evita que los pulmones se dañen o lesionen durante una infección respiratoria y ayuda a prevenir enfermedades. Pero si se ve afectada la musculatura espiratoria, la tos se vuelve ineficaz, y ello impide la eliminación de secreciones. Esto favorece que se acumulen en su interior y se produzcan infecciones respiratorias.

La musculatura de la zona de la faringe, llamada orofaríngea, es la encargada, entre otras cosas, de evitar que comida, agua o saliva pasen al pulmón. Cuando esta musculatura se ve afectada puede producirse una broncoaspiración, dando lugar a infecciones respiratorias.

Cuáles son los síntomas respiratorios de estas enfermedades

Los principales signos y síntomas de disfunción respiratoria en las ENM son los siguientes:

  • Respiración superficial.
  • Aumento de la frecuencia cardiaca y respiratoria.
  • Tos débil.
  • Uso de la musculatura accesoria en la respiración, como los músculos del cuello.
  • Dificultad para respirar estando tumbado (ortopnea).
  • Sensación de ahogo en reposo.
  • Pérdida de apetito.
  • Alteraciones del sueño: sudoración nocturna, despertares frecuentes, pesadillas, ronquido, dolores de cabeza matutinos, somnolencia diurna y disminución de la atención.

¿Cómo debe ser el tratamiento respiratorio?

Para mitigar las consecuencias respiratorias que producen las ENM es aconsejable realizar a diario ejercicios respiratorios guiados por un fisioterapeuta especializado. Mantener la expansión pulmonar es uno de los objetivos de este tratamiento. Las técnicas más usadas son la respiración abdominodiafragmática, las ventilaciones dirigidas y el uso del inspirómetro de incentivo. Estos ejercicios pueden complementarse con ejercicios asistidos de máxima capacidad inspiratoria.

Hacer una limpieza pulmonar correcta es fundamental para evitar infecciones. Algunas de las técnicas de drenaje de secreciones utilizadas son la tos asistida manual y la asistencia mecánica a la tos, junto con el aspirador de secreciones. Además, se podrá fortalecer la musculatura respiratoria usando técnicas de reentrenamiento con dispositivos difíciles.

Cuando los pulmones no son capaces de coger el oxígeno necesario y eliminar el dióxido de carbono, se produce el fracaso respiratorio. Para solucionar este problema se emplea la ventilación mecánica no invasiva.

Consejos para el día a día

Para evitar que las actividades de la vida diaria produzcan disnea (sensación de ahogo), es aconsejable que todas ellas se lleven a cabo aplicando técnicas de ahorro energético.

  • Organizar la rutina manteniendo un equilibrio entre los periodos de actividad y descanso.
  • Hay actividades que tienen que hacerse sentados con movimientos lentos.
  • Las tareas tienen que ser simplificadas y realizarlas sin prisas.
  • Hacer las actividades coordinadas con la respiración.
  • Usar el tratamiento de oxigenoterapia pautado.

Para cualquier duda o consulta pueden contactar con nuestros educadores especializados a través del correo cuentanos@lovexair.com.

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