Crean un sistema para almacenar energía eléctrica a partir de pulpa de manzana

El proceso es más simple y barato, al tiempo que menos contaminante, que otros métodos similares
Por EROSKI Consumer 10 de julio de 2007

Un equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha desarrollado un nuevo sistema para almacenar energía eléctrica a partir de pulpa de manzana procedente de la fabricación de sidra y zumos. Los resultados de laboratorio demuestran que este proceso, patentado por el CSIC junto con la Universidad de Neuchatel (Suiza), es más sencillo y barato, al tiempo que menos contaminante, en comparación con otros procedimientos similares que se utilizan en la actualidad.

La pulpa de manzana se utiliza para preparar carbones activados que se destinan a conducir la corriente de los supercondensadores eléctricos, dispositivos que por su gran capacidad de carga podrían llegar a sustituir a las actuales baterías eléctricas.

Una de las investigadoras del proyecto, Teresa Centeno, que trabaja en el Instituto Nacional del Carbón (CSIC), en Oviedo, resume la importancia del mismo: ?Hemos demostrado que con la gasificación de pulpa de manzana con vapor de agua obtenemos materiales con un rendimiento similar a los existentes en el mercado?.

Beneficios medioambientales

Según Centeno, la principal ventaja del nuevo sistema respecto a los ya existentes es su reducida capacidad contaminante, derivada de que en su producción no se utilizan productos químicos agresivos.

Otros métodos dirigidos a la obtención de carbones activos a partir de residuos vegetales emplean procesos de activación química. ?Estos agentes químicos, que son muy agresivos y requieren un proceso posterior de lavado, impiden que el sistema se pueda extrapolar a gran escala desde el punto de vista medioambiental?, explica la investigadora.

El proceso de gasificación desarrollado por el CSIC consiste en calentar la pulpa de manzana a baja temperatura y en ausencia de oxígeno, para evitar que se queme, y posteriormente poner el material resultante en contacto con dióxido de carbono, vapor de agua u oxígeno, lo que le aporta porosidad. Los poros proporcionan al material una mayor superficie para almacenar energía.

En su producción no se utilizan productos químicos agresivos

A las ventajas medioambientales de este procedimiento se añadiría el ahorro económico, ya que permitiría reutilizar un residuo, la pulpa de manzana, que generan las industrias de fabricación de sidra y zumos y cuya eliminación supone cuantiosos gastos.

Este experimento ha sido desarrollado por el CSIC junto con la Universidad de Neuchâtel (Suiza). La técnica ha sido patentada en España y está en trámites para obtener la patente internacional.

La directora del proyecto afirmó que «existen muchas empresas interesadas en que este sistema se desarrolle de forma industrial». Entre las entidades que se han puesto en contacto con ellos al respecto, se encuentra alguna asociación de sidreros asturianos.

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