Una conocida proteína que sólo se encuentra en el semen podría tener la clave de la transmisión por vía sexual del VIH, el virus del sida. Hasta ahora se desconocía que la proteína SEVI podía tener alguna relación con el proceso de infección de la enfermedad. Ahora, investigadores alemanes y españoles han descubierto cómo es capaz de potenciar la capacidad infectiva del virus.
Esta investigación puede ser la base para el desarrollo de nuevas estrategias farmacológicas contra el sida, e incluso para encontrar una nueva vacuna protectora, afirman los autores del trabajo, pertenecientes a las universidades alemanas de Ulm y Hannover, al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y al Hospital Ramón y Cajal de Madrid.
SEVI es el principal aliado del virus del sida en la transmisión sexual. «Esta proteína actúa como una casamentera, como una celestina entre el virus del sida y las células susceptibles de contagio», explicó ayer Guillermo Giménez Gallego, del Centro de Investigaciones Biológicas del CSIC y uno de los responsables de la investigación.
Pero SEVI no actúa por sí sola. La proteína logra ese efecto al entrar en contacto con otras proteínas, en concreto con las de estructura amiloidea. Estas la convierten en patógena. La neutralización de la forma amiloidea de SEVI podría contribuir a desarrollar vacunas que logren una barrera inmunitaria contra el sida.
La Comisión Nacional de Coordinación y Seguimiento de Programas de Prevención del Sida dio ayer su visto bueno al Plan Multisectorial 2008-2012 frente a esta enfermedad. En su elaboración han tenido un papel destacado las ONG.
El nuevo Plan Multisectorial traza los objetivos y define las estrategias a seguir durante los próximos cinco años para combatir el sida. “Pretende desempeñar un papel importante en la prevención de las nuevas infecciones por VIH y en la búsqueda de la máxima esperanza y calidad de vida para los enfermos”, señala el Ministerio de Sanidad, que recuerda que el sida sigue siendo un importante problema de salud pública que “requiere respuestas políticas, sanitarias y sociales coordinadas”.
De hecho, cada año en España se producen entre 2.500 y 3.500 nuevas infecciones, y la vida de una persona con VIH, aunque haya mejorado enormemente, sigue lastrada por la estigmatización.
El documento da prioridad a la prevención, que constituye su espina dorsal. “No se puede cumplir el fin de controlar la epidemia sin la prevención”, afirma el Ministerio. Por ello, el nuevo proyecto reafirma el compromiso con la prevención establecido en los anteriores planes multisectoriales y la amplía a las nuevas estrategias que demuestren su efectividad.
También hace hincapié en el derecho al acceso igualitario a la prevención y a la atención sociosanitaria, y aborda las desigualdades mediante programas específicos para las personas o grupos que, por su situación de exclusión social o por diferencias culturales, se encuentran en situación de mayor vulnerabilidad o con mayor dificultad para acceder a los tratamientos.
