La extracción de 50 microlitros de sangre, alrededor de dos gotas, permite detectar la reactividad alérgica de un paciente ante más de 85 componentes moleculares presentes en alimentos y numerosos pólenes. Esta nueva técnica, denominada «Microarrays», ha sido puesta en marcha en la Clínica Universitaria de Navarra.
Gracias a esta tecnología es posible realizar «un despistaje alergológico ante una gran cantidad de agentes en muy poco tiempo», según explicó el centro. No obstante, dado que todavía se encuentra en fase de desarrollo, se emplea como complemento diagnóstico de las pruebas que se practican en la actualidad, precisó la citada fuente.
La técnica se basa en un microchip de cinco milímetros de lado en cuya superficie quedan fijados los 85 componentes moleculares. Esta superficie se impregna con el suero del paciente, lo que permite la fijación de los anticuerpos del individuo. Con ello se consigue posteriormente detectar los anticuerpos IgE específicos que posea el paciente, que son los responsables de las alergias.