El origen del déjà vu

Un estudio halla el mecanismo mental que produce este conocido fenómeno asociado a aspectos poco científicos
Por Núria Llavina Rubio 15 de diciembre de 2008
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Imagen: yanlev

¿Quién no ha tenido alguna vez la sensación de reconocer aquello que se ve o se vive por primera vez, como si ya se hubiera visto o vivido anteriormente? Es el denominado déjà vu, que siempre se ha asociado a algo misterioso y cuyo origen se ha tratado de explicar de multitud de maneras, algunas con connotaciones paranormales. Sin embargo, estudios recientes afirman que este fenómeno podría explicarse a través del reconocimiento de los recuerdos. Este artículo describe el fenómeno del déjà vu y su relación con el reconocimiento y con los recuerdos vagos. También se aporta información sobre el jamais vu, que es el efecto contrario.

El fenómeno mental del déjà vu (en francés «ya visto») puede darse en individuos sanos o asociado a un trastorno mental. Sea cual sea su origen, muy discutido, se le ha relacionado, quizás por desconocimiento, con fenómenos paranormales. Son teorías que se han apagado en favor de estudios llevados a cabo en los últimos años cuyos resultados afirman su posible origen cerebral. Una investigación reciente aporta nuevos datos. Publicado en Current Directions in Psychological Science, el estudio, de la Universidad de Colorado (EE.UU.), muestra las muchas similitudes que existen entre el déjà vu y la comprensión de la memoria del reconocimiento.

El déjà vu y la importancia del reconocimiento

Entre el 60% y el 70% de la población ha experimentado alguna vez déjà vu

La memoria del reconocimiento es la que permite comprender que aquello que se está experimentando en un momento determinado ya ha pasado antes, como cuando se reconoce a un amigo por la calle o se escucha una canción favorita. El cerebro fluctúa entre dos tipos de reconocimiento de la memoria: la recuperación y la familiaridad. La recuperación se da cuando se puede precisar o señalar un instante o momento que ya ha ocurrido con anterioridad: ver a un individuo que resulta familiar comprando en una tienda cuando antes se le ha visto en el autobús. El reconocimiento basado en la familiaridad ocurre cuando una situación resulta familiar, pero no se recuerda cuándo pasó: la misma persona que se ve en la tienda, pero en este caso no se recuerda dónde se le ha visto antes. El déjà vu podría ser una muestra de este reconocimiento basado en la familiaridad: durante el fenómeno, se está convencido de que reconoce la situación, pero no se está seguro de la razón.

Por este motivo, Anne M. Cleary, investigadora principal del estudio, basó su experimento en relacionar el fenómeno del déjà vu con la memoria del conocimiento y la familiaridad. Y los resultados mostraron una fuerte conexión. Se dio a varios voluntarios una lista con nombres de celebridades. Después se les mostró una colección de fotografías (algunas de ellas coincidían con la lista y otras no). Se les pidió que relacionaran dichas imágenes con los nombres de la lista anterior, así como que señalaran la probabilidad de haber leído el nombre de los personajes en la lista.

Los resultados mostraron que, incluso cuando los participantes no podían identificar a la celebridad por la fotografía, tenían la sensación de haber visto el nombre del personaje de dicha imagen. El experimento repetido una segunda vez con lugares conocidos dio el mismo resultado. Lo más curioso es que los voluntarios no podían identificar, en la mayoría de los casos, por qué ese famoso les resultaba familiar.

Experiencias convertidas en recuerdos vagos

Los hallazgos de este estudio afirman que los acontecimientos y episodios de las experiencias se almacenan en la memoria como elementos o fragmentos individuales. Pero lo hacen de forma vaga, de manera que es imposible conectarlas a nuevas experiencias. Así, el déjà vu puede darse cuando ciertos aspectos concretos de una situación corriente se asemejan a los de acontecimientos anteriores, lo que puede producir un fuerte sentimiento de familiaridad. Es una conexión débil, sin embargo, lo que no permite recordar con certeza.

Debido a esta relación entre los mecanismos del reconocimiento basado en la familiaridad y el déjà vu, Cleary concluye que este tipo de mecanismos y los métodos de laboratorio que se usan para estudiarlos podrían ser «muy útiles para elucidar los procesos que los subyacen».

El déjà vu, un fenómeno común

En la epilepsia del lóbulo temporal, la sensación de déjà vu acostumbra a presentarse como aura

La sensación de déjà vu aparece, por norma general y sin consecuencias, en personas sin ninguna enfermedad, como un fenómeno aislado y sin periodicidad. Los últimos datos sugieren que entre el 60% y el 70% de la población lo ha sufrido alguna vez, sobre todo entre los 15 y los 25 años. El episodio, salvo contadas ocasiones, no dura más que escasos minutos o segundos. No se refiere solo a un lugar geográfico sino también a una situación, que se la interpreta como vista o vivida.

Pero también puede manifestarse en diversas patologías. La más frecuente es la epilepsia del lóbulo temporal (EPL), que es el tipo más común y más resistente a los fármacos en seres humanos. En esta enfermedad, la sensación de déjà vu acostumbra a presentarse como preludio de la crisis convulsiva (aura). Un estudio elaborado en la Universidad de Leeds (Reino Unido), en 2006, ya describía personas que vivían esta experiencia como una enfermedad en sí por su forma crónica. Quienes así lo experimentan expresan que el fenómeno los supera e, incluso, la sensación repetida de conocimiento anticipado provoca una severa depresión. En resumen, viven abatidos por la sensación constante de que todo les resulta familiar.

Jamais vu

Pese a que la mayoría de la población sabe que es el déjà vu, no es tan conocido el denominado jamais vu, que se puede definir como el efecto contrario al primero. Esta paramnesia consiste en reconocer como extraños o irreales sitios y situaciones que son familiares. El ejemplo más claro es la sensación que se tiene cuando se centra la atención en una palabra concreta hasta que esta pierde su significado.

Otra muestra está en los músicos, que pueden experimentar un jamais vu mientras siguen una partitura familiar, o la sensación de levantarse por la mañana al lado de la pareja y sentir que se está al lado de alguien desconocido. Incluso puede ocurrir cuando se mira algo de manera fija durante un tiempo prolongado, como un paisaje, hasta el punto que empieza a parecer extraño.

Es un fenómeno hasta ahora muy poco estudiado en laboratorio. Solo una primera investigación del año 2006 y llevada a cabo también en la Universidad de Leeds (Reino Unido) aseguraba que el jamais vu existe y, además, puede ser inducido. Chris Moulin, investigador principal, aseguraba tras los resultados que cerca de un 60% de la población ha experimentado alguna vez en su vida un episodio de estos. El jamais vu, según afirma, puede inducirse mediante lo que él mismo llama la “saciedad semántica”, que se da cuando el cerebro se cansa. Es algo que ocurre cuando repetimos multitud de veces una misma palabra. “Si nos fijamos en algo el tiempo suficiente, la mente se cansa y hace perder el sentido a lo que estamos mirando”, afirmaba Moulin.

Moulin opina que el conocimiento sobre el jamais vu podría ayudar a los investigadores a entender algunos trastornos psiquiátricos como la esquizofrenia o el delirio de Capgras (característico de la esquizofrenia), de manera que quien la padece cree que alguien conocido ha sido reemplazado por un impostor. El experto considera que este fenómeno, normal en la mayoría de la población, podría funcionar de forma anómala en este tipo de enfermedades, generando un jamais vu crónico.

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