Las personas que son obesas y fuman tienen un riesgo de mortalidad entre 3,5 y 5 veces superior a aquellas con peso normal y no fumadoras, según un estudio del Instituto Nacional del Cáncer de EE.UU. Este trabajo también concluye que ser fumador constituye un factor de riesgo más fuerte en relación a la muerte por cáncer que el hecho de padecer obesidad.
Los autores del estudio, publicado en la revista «American Journal of Preventive Medicine», recogieron los datos de más de 80.000 técnicos radiólogos en activo y retirados de entre 22 y 92 años que completaron un autocuestionario en el periodo comprendido entre 1983 y 1989. Los participantes fueron seguidos hasta 2002, fecha hasta la que se registró el número de decesos.
El cuestionario recogía información como la fecha de nacimiento, altura, peso y conducta tabáquica. El Índice de Masa Corporal (IMC) de los participantes se calculó a partir de su peso y altura. Un IMC de entre 30 y 34,9 puntos se consideraba obesidad y más de 35, obesidad grave.
Las conductas de tabaquismo se clasificaron según su duración, intensidad y situación actual. Los investigadores analizaron una medida que incluía tanto los cigarrillos fumados por día como la duración del hábito. Descubrieron que, en general, el tabaquismo, o «paquetes por año», estaba asociado a un mayor riesgo de mortalidad.
Tanto en hombres como en mujeres, el riesgo de muerte debido a una enfermedad circulatorio aumentó al elevarse el IMC. En los participantes obesos y fumadores, este riesgo aumentaba hasta 11 veces en el caso de tener menos de 65 años, en comparación con los participantes de peso normal que nunca habían fumado.