Sobrepeso y obesidad: grandes aliados de las enfermedades crónicas

Evitar el sobrepeso y la obesidad es uno de los medios de protección más importantes contra los cánceres prevenibles y las enfermedades crónicas
Por Asociación Contra el Cáncer – Sede Bizkaia 8 de mayo de 2024
sobrepeso y enfermedades crónicas
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el sobrepeso y la obesidad se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa en el cuerpo. Esta acumulación puede tener consecuencias graves para la salud, ya que supone un factor de riesgo significativo para el desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles: entre ellas, la hipertensión arterial, la diabetes tipo 2, las dislipidemias, las enfermedades coronarias, la enfermedad vascular cerebral y ciertos tipos de cáncer.

¿Cómo puedo saber si tengo un contenido excesivo de grasa en mi cuerpo? 

Según la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), se considera exceso de peso cuando el porcentaje de masa grasa supera el 25 % en los hombres y el 33 % en las mujeres. 

Cuando no se puede medir ese contenido graso directamente, se suele emplear el Índice de Masa Corporal (IMC), un indicador que relaciona el peso entre la talla al cuadrado. Se considera exceso de peso, cuando el IMC es igual o superior a 25 kg/m2. Y se diferencia el sobrepeso, cuando el IMC está entre 25 y 29,9 kg/m2, de la obesidad, cuando es igual o superior a 30 kg/m2.

Igualmente, el perímetro de cintura también puede ser una medición rápida y útil al estar asociada al sobrepeso y obesidad. En este sentido, se considera alto riesgo cuando el perímetro de cintura en hombres es igual o superior a 102 cm, y en mujeres, cuando es igual o superior a 88 cm.   

¿Cómo se relacionan el sobrepeso y la obesidad con el cáncer?

Existe evidencia sólida de que tener sobrepeso u obesidad aumenta el riesgo de 12 tipos de tumores distintos: cánceres de cabeza y cuello (boca, faringe, laringe y esófago), mama, colorrectal, estómago, hígado, páncreas, vesícula biliar, riñón, ovario, endometrio y próstata.

Además, aunque las evidencias aún son algo más limitadas, se relaciona también con un incremento en el riesgo de mieloma múltiple y de cáncer de tiroides. Es más, se estima que el riesgo de desarrollar cáncer es aproximadamente de un 6 % menor en las personas con IMC saludable en comparación con aquellas con un IMC superior a 30 kg/m2.

Aunque los motivos por los que el exceso de grasa corporal aumenta el riesgo de cáncer siguen investigándose, existen algunas líneas claras que apuntan a la implicación de varios mecanismos biológicos. En concreto, se habla de lo siguiente:

🔹 Cambio metabólico y hormonal

Un cambio en el entorno metabólico y hormonal del organismo hace que las células del cuerpo tengan más probabilidades de desarrollar cáncer.

En primer lugar, el tejido adiposo (tejido graso del cuerpo) aumenta de tamaño y esa hiperadiposidad provoca una inflamación que, de manera crónica, va alterando el ambiente (entorno) donde viven nuestras células estimulando el crecimiento de células malignas.

En segundo lugar, esa inflamación crónica altera las funciones normales del tejido adiposo; se produce una liberación descontrolada de hormonas. Unas de esas hormonas son las conocidas como hormonas esteroides o sexuales, entre las que se encuentran los estrógenos y los andrógenos.

La obesidad, por tanto, aumenta los niveles de estas hormonas en sangre que van a interactuar con células del cuerpo en cuyas membranas hay receptores de hormonas, como pasa en las células de la mama, el endometrio o la próstata, estimulando su crecimiento de forma anormal y llegando a ser células malignas. 

🔹 Síndrome metabólico

Por otro lado, la obesidad está relacionada con el síndrome metabólico, es decir, una serie de trastornos clínicos que se caracteriza por tener niveles altos de colesterol en la sangre y resistencia a la insulina (hormona que ayuda a regular los niveles de glucosa en la sangre), entre otros.

Esa resistencia a la insulina provoca que las células normales del cuerpo no absorban adecuadamente la glucosa, y esto hace pensar al páncreas que no está liberando suficiente insulina, volviendo a producir más cantidad de insulina y liberándola nuevamente a la sangre. Este gran aumento en los niveles de insulina en la sangre parece que estimula y activa una serie de vías para el crecimiento tumoral.

🔹 Grasa acumulada en la zona abdominal

El exceso de grasa en el abdomen tiene:

  • por un lado, un componente de infiltración en los tejidos de los órganos que se encuentran en dicha zona: por ejemplo, hay infiltración de grasa en el hígado aumentando el riesgo de cirrosis y de cáncer de hígado.
  • por otro lado, ejerce una presión mecánica sobre los diferentes órganos que se encuentran ubicados en esa parte: por ejemplo, presiona la puerta que separa el estómago del esófago favoreciendo que el ácido del estómago vaya hacia el esófago y aumentando el riesgo de tumores en esas zonas.

¿Mi peso es saludable?

sobrepeso y riesgo de cáncer
Imagen: Bru-nO

Las personas más altas tienden a pesar más, aunque no tengan obesidad, por lo que siempre hay que ajustar el peso en función de la altura. Para ello empleamos el Índice de Masa Corporal (IMC), que se trata de dividir el peso de una persona (en kilogramos) por su talla (en metros) elevada al cuadrado. 

Para los adultos, el intervalo saludable de IMC se sitúa entre 18,5 y 24,9, pero en algunos casos específicos, el IMC puede no ser un indicador muy exacto de la grasa corporal total, especialmente en el caso de personas muy musculosas, como los atletas, o muy poco musculosas, como las personas más mayores.

Otra manera útil de hacerse una idea de si corremos el riesgo de tener problemas de salud por exceso de peso es medir nuestra cintura. Un perímetro (o circunferencia) de cintura mayor de 102 cm en un hombre o de 88 cm en una mujer es indicativo de alto riesgo, mientras que uno menor de 94 cm en un hombre o de 80 cm en una mujer indica bajo riesgo, y los valores intermedios indican un riesgo intermedio.

👉 Si tu cintura mide más de 88 cm, tienes un problema

¿Cómo puedo prevenir estos problemas?

Para la prevención del cáncer, dado que el riesgo de padecerlo aumenta proporcionalmente a nuestra cantidad de grasa, se recomienda aspirar a situarse en la parte más baja posible del IMC saludable (o del perímetro de cintura). Evidentemente, serán valores diferentes según la constitución corporal de cada uno: una persona menuda podrá situarse en la parte inferior del intervalo y una más corpulenta, en la parte media o superior.

En el caso de la población infantojuvenil también se emplea el IMC, pero en estos casos se mide a través de los percentiles, ya que el dato varía en función de la edad y el sexo. Por ejemplo, si su IMC es superior al valor percentil 85 (de cada niño/niña de la población de referencia, 85 se sitúan por debajo y sólo 15 están por encima de este valor) tiene sobrepeso y, en caso de ser superior al percentil 95 (de cada 100 niño/niña de la población de referencia, 95 se sitúan por debajo y solo 5 están por encima de este valor), entonces tiene obesidad.

Ten en cuenta que el IMC no es la única manera de determinar el riesgo que supone el exceso de peso o si una persona tiene sobrepeso u obesidad. Por eso, siempre es importante acudir a profesionales sanitarios de tu centro de salud de referencia.

¿Cómo puedo evitar el sobrepeso y la obesidad?

Las medidas principales que hay que tomar para que nuestro estilo de vida sea saludable y prevenir el exceso de grasa corporal pasan por lo siguiente:

Con una alimentación saludable, la práctica diaria de ejercicio físico y el mantenimiento de un peso saludable se puede reducir en un 18 % el riesgo de padecer cáncer. Estas recomendaciones de estilo de vida y peso corporal consisten en tener un peso corporal normal [índice de masa corporal (IMC) entre 18,5 y 24,9 (expresado en kg/m2)]. Para ello las recomendaciones son:

  • Evita los alimentos que favorecen el aumento de peso, como las bebidas azucaradas y la comida rápida.
  • Practica una actividad moderada durante al menos 30 minutos diarios.
  • Opta por la lactancia materna.
  • Toma preferentemente alimentos de origen vegetal.
  • Limita el consumo de carne roja y evita las carnes procesadas.
  • Limita la ingesta de bebidas alcohólicas. 

No olvides que evitar el sobrepeso u obesidad a lo largo de la vida es uno de los medios de protección más importantes contra los cánceres prevenibles, en particular, y las enfermedades crónicas, en general.

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