El VIII Congreso Nacional de Banco de Tejidos presenta nuevas técnicas para preservar la fertilidad de los pacientes oncológicos

El autotrasplante de tejido ovárico y testicular es uno de los métodos más novedosos en este campo
Por EROSKI Consumer 16 de abril de 2004

La quimioterapia y la radioterapia pueden conllevar como efectos secundarios la infertilidad de algunos pacientes, tanto hombres como mujeres, que aunque en el momento del diagnóstico no se lo plantean, quizás en un futuro, y gracias a los avances científicos que incrementan las posibilidades de supervivencia a un cáncer, quieran tener hijos.

Hoy en día se están investigando nuevas vías en las que los científicos están muy esperanzados y que permitirían preservar la fertilidad en los pacientes oncológicos de una forma más rápida, y que además abriría una vía de esperanza para los niños y las mujeres sin pareja que superan el cáncer, entre otros casos. Algunas de ellas se han presentado en el VIII Congreso Nacional de Banco de Tejidos que estos días se celebra en Marbella (Málaga).

Congelación de semen

La congelación de semen es una de las alternativas más usadas por los hombres con cáncer para preservar su fertilidad en caso de que se vean afectados por la quimioterapia o la radioterapia. Y es muy sencilla, ya que a través de la masturbación se obtienen espermatozoides que serán congelados.

Sin embargo, en ocasiones estos espermatozoides no tienen la suficiente calidad o incluso no hay. «Lo primero que se intenta es obtener semen y si no presenta espermatozoides, es cuando hay que ir a los testículos y ver si hay espermatozoides para congelar», afirma el doctor José Antonio Castilla, de la Unidad de Reproducción del Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada.

Hasta hace unos años, la legislación sólo permitía la congelación de semen durante cinco años, aunque esto ha cambiado. En la actualidad, el periodo de congelación es ilimitado. Incluso se puede utilizar el semen del enfermo hasta seis meses después de su muerte, siempre que lo haya dejado en una escritura pública o testamento dando su consentimiento para fecundar a su mujer.

Autotrasplante de células

Una posibilidad que aún está en estudio es la criopreservación de tejido testicular para su posterior autotrasplante en el hombre. Y es que en el tejido testicular hay células madre espermatogonias que son capaces de regenerarse. Ya se han presentado trabajos de investigación en que ese tejido se ha autotrasplantado y al cabo de seis meses el paciente ha producido espermatozoides.

El procedimiento para la obtención de este tejido es sencillo. Consiste en una biopsia testicular con anestesia local, «un proceso poco cruento comparado con otras técnicas», subraya Castilla. Su desventaja es que «existe el riesgo de trasplantar células malignas, por lo que necesita aún de mucha experimentación», matiza el experto.

Embriones y ovocitos

La congelación de ovocitos y embriones es actualmente la técnica desarrollada para preservar la fertilidad en las pacientes oncológicas, «pero tiene sus dificultades e inconvenientes», precisa el doctor Callejo, del departamento de Ginecología y Obstetricia del Hospital San Juan de Dios de Barcelona.

En el caso de los embriones congelados -sólo para las mujeres con pareja-, la tasa de gestaciones está entre un 10% y 12% y se necesitan 10 embriones congelados para conseguir un embarazo. Su principal desventaja es el tiempo. «Estos pacientes generalmente no disponen del tiempo suficiente para realizar una estimulación ovárica (o incluso dos) con el objetivo de preservar un número satisfactorio de embriones, ya que esto supone retrasar los tratamientos contra el cáncer», apunta el doctor Callejo.

Pero, ¿y si no se tiene pareja? La solución es la congelación de óvulos, pero presenta los mismos inconvenientes que los embriones. «La tasa de gestación por ovocitos es de un 3% o un 4% y se necesitan 100 ovocitos maduros para obtener 3 o 4 embarazos, por lo que el tiempo para conseguirlos es considerable y supondría tener que retrasar el tratamiento contra el cáncer», comenta el especialista.

Tejido ovárico

Esta línea de investigación tiene muchas expectativas. La criopreservación del tejido ovárico para su posterior reimplante cuenta con muchas posibilidades de futuro después de que se hayan conseguido embarazos en roedores y ovejas, aunque todavía no en mujeres. Sin embargo, ya se están congelando este tipo de tejidos «para que si se madura esta técnica, las mujeres que hayan padecido cáncer con anterioridad a su puesta en marcha puedan tener un hijo», indica Callejo.

La obtención de este tejido es sencilla. Mediante laparoscopia se toma la muestra que posteriormente se congela por tiempo ilimitado. Si la paciente quisiera ser madre, su tejido ovárico se autoimplantaría junto con «un proceso de maduración folicular y, a través de la fecundación in vitro -microinyección espermática-, se fecunda el óvulo y luego se implanta en el útero», detalla Callejo.

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