El 57% de los casos de sida que se diagnostican en España se hacen de forma tardía, según señaló ayer en Santander la secretaria del Plan Nacional del Sida del Ministerio de Sanidad y Consumo, Teresa Robledo. El desafío de todos los sectores implicados en el tratamiento de esta enfermedad es luchar e insistir en la prevención y la promoción de la prueba del VIH para atajar el retraso en el diagnóstico, recalcó Robledo.
Además, cerca del 40% de las nuevas infecciones que se producen en el país se dan en personas con un estado inmunológico «muy severo», aseguró Robledo, que tomó parte en el encuentro de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) «Sida en el siglo XXI: nuevos retos ante una enfermedad crónica». A ello se suma un 17% de diagnósticos nuevos que se caracterizan también por unos niveles de linfocitos CD4 muy bajos, lo que hace que casi el 60% de los casos se diagnostiquen de forma tardía, añadió.
Las personas que conocen su infección de forma tardía podrían en muchos de los casos ser susceptibles de un tratamiento que alargaría su supervivencia y calidad de vida, retrasando, además, la aparición de la enfermedad, apuntó Robledo, que indicó que normalizar la prueba del VIH es un «objetivo claro» para atajar el retraso en el diagnóstico de esta enfermedad por la que actualmente más de 77.000 españoles reciben tratamiento antirretroviral.
Teniendo en cuenta además que se ha producido un cambio en el patrón epidemiológico en España, donde la transmisión del virus se produce fundamentalmente por vía sexual, Robledo defendió la promoción del sexo seguro y del uso del preservativo. «Es un factor clave», estimó, al tiempo que insistió en que «no hay que bajar la guardia», creando y fomentando estrategias que reduzcan los riesgos y daños que ocasiona el sida.