❌ Cuanta más pasta, más limpios estarán los dientes
Falso. Mucha culpa de la costumbre de cubrir con pasta toda la superficie del cepillo de dientes la tiene la publicidad. La cantidad que nos muestra en ella es excesiva. ¿Cuánto es suficiente?
- Los adultos solo necesitan la cantidad de pasta equivalente a un garbanzo.
- Los niños de entre tres y seis años, a un guisante.
- Los menores de tres años, a un grano de arroz.
❌ Los enjuagues bucales sustituyen al cepillado
Falso. El uso de enjuagues bucales es siempre complementario y no sustituye nunca al cepillado. Dentro de la profesión, hay odontólogos que opinan que son innecesarios, ya que apenas tienen efecto sobre las bacterias que causan el mal aliento y, además, su eficacia respecto a las patologías que surgen a causa de la placa dental también es muy cuestionada.
Los que contienen clorhexidina se suelen recetar para la gingivitis porque son los que han mostrado un mayor efecto antibacteriano. Estos enjuagues hay que usarlos bajo prescripción del odontólogo y por un periodo de tiempo limitado (semanas), ya que pueden causar algún efecto secundario, como el tintado de los dientes.
✅ El hilo dental es imprescindible
Verdadero. Frente al enjuague, que es prescindible, los odontólogos consideran el hijo dental como algo obligatorio. Ya sea la seda dental o los cepillos interproximales (o irrigadores bucales), su uso es necesario para alcanzar los restos de comida que se quedan entre los dientes y que es imposible eliminar con el cepillo. La técnica habitual y que más recomiendan los dentistas es pasar el hilo dental después del cepillado, ya que arrastra lo que el cepillo no ha podido quitar.

✅ Los dentífricos más caros no tienen por qué ser los mejores
Verdadero. La clave no está en la marca y en lo cara que sea la pasta de dientes, sino en la cantidad de flúor adecuada, además de la técnica y la duración del cepillado. A partir de los seis años todos tenemos que usar una pasta de dientes con 1.450 ppm (partes por millón) de flúor (en menores se recomienda de 1.000 ppm). Por debajo de esa concentración es como si no utilizáramos pasta.
En casos de enfermedades, como la gingivitis (con sangrado e inflamación de encías), el especialista puede recetar alguna pasta que además de flúor contenga algún antiséptico, aunque normalmente no se pueden utilizar más de dos semanas seguidas. Existen pastas de 2.500 y 5.000 ppm solamente reservadas a personas que tengan un especial riesgo de caries.
✅ La técnica del cepillado influye en la limpieza
Verdadero. El cepillado debe realizarse durante dos minutos, con un cepillo que no esté deteriorado (hay que cambiarlo cada 3-4 meses) y mínimo dos veces al día.
La técnica debe ser sencilla y eficiente, con movimientos rectos. Para eliminar la placa bacteriana es importante comenzar siempre por el mismo sitio y seguir el mismo orden, limpiar todas las caras de los dientes (externa, interna y masticatoria), cepillando también la encía en sentido vertical hacia el diente y repasar la lengua y la mucosa de los carrillos.
Por cierto, el cepillo no necesita una tapa. El capuchón impide que el aire seque el cepillo después de cada uso, por lo que, con la humedad, proliferan las bacterias. Por eso es importante no taparlo y dejarlo siempre con el cabezal hacia arriba.
❌ El mal aliento se debe siempre a un mal cepillado
Falso. En el 80 % de los casos, la halitosis se produce por causas intraorales, es decir, por una mala higiene bucal que hace que proliferen bacterias en la boca y en la lengua. También pueden provocarla las caries, la gingivitis y la periodontitis (inflamación de encías), la sequedad bucal o el tabaco, ya que la nicotina se adhiere a la mucosa de la boca, la lengua y los dientes. En estos casos, reforzar la limpieza (lavándose los dientes y la lengua correctamente), tener una buena hidratación y acudir a las revisiones son claves para solucionarlo. Pero también puede tener causas extraorales, como problemas respiratorios (sinusitis, laringitis, bronquitis), estomacales (mala digestión), hepatitis, diabetes o la ingesta de ciertos fármacos.
❌ Siempre hay que cepillarse los dientes inmediatamente después de comer
Falso. Dependiendo de lo que hayamos comido, a veces es mejor esperar. La boca tiene una acidez neutra (pH 7) y al tomar ciertos alimentos (como limón, naranja, bebidas azucaradas, refrescos, vino, café, salsas de tomate o kétchup) la acidez sube y, en consecuencia, se reblandece el esmalte. Aunque la saliva neutraliza esta acidez y el esmalte vuelve a endurecerse en 20-30 minutos, lavarnos los dientes cuando aún está blando puede ser perjudicial, ya que puede acelerar un desgaste del esmalte que traería como consecuencia sensibilidad dental o desmineralización. Por eso algunos especialistas recomiendan
esperar. Si se sigue una dieta sin tantos azúcares y el esmalte está sano, no hay que esperar antes de lavarnos los dientes.

❌ Es normal que sangren las encías
Falso. Se piensa que un sangrado mínimo tras el lavado es algo normal, a causa de la fricción que ejercemos con el cepillo. Pero una encía sana nunca sangra cuando la cepillamos, por lo que habrá que acudir al dentista para que la revisen. El sangrado de encías normalmente suele ser debido a una enfermedad periodontal (gingivitis o periodontitis). Se genera cuando se acumulan las bacterias en el margen de la encía, lo que las inflama y las vuelve más sensibles. Si se detecta a tiempo no suele ser un problema.
✅ Mascar chicle sin azúcar ayuda a limpiar los dientes
Verdadero. Cuando terminamos de comer, las bacterias aprovechan los restos de comida que se quedan en la boca para alimentarse. Si no se limpia de modo correcto esa placa bacteriana, pueden aparecer caries u otras enfermedades bucales. Por ello, cuanto menos tiempo pase esta placa en contacto con los dientes, mayor será la posibilidad de mantener la boca sana. La placa se elimina con un cepillado completo, pero a veces no tenemos a mano el cepillo, la pasta o el hilo dental. En estos casos, y nunca como sustituto del cepillado, podemos echar mano de un chicle sin azúcar, ya que favorece la formación de saliva, que tiene un efecto protector al neutralizar los ácidos después de comer carbohidratos.
❌ Los cepillos eléctricos son más eficaces
Falso. Siempre que se use la técnica de cepillado adecuada que permita eliminar bien los restos de placa, un cepillo eléctrico y otro manual son igual de eficaces. Sin embargo, para la mayoría de las personas es más fácil alcanzar esa buena técnica con los eléctricos gracias a su forma, con mango largo y cabezal estrecho, que lo hace más manejable y hace posible alcanzar todos los recovecos; un cabezal que puede rodear toda la pieza dental, y el movimiento que realizan las cerdas.
Pero son más caros y para las personas que acaban de pasar por una intervención en la zona y que tengan puntos de sutura no están recomendados. Además, en ocasiones a las personas con ortodoncia también se les recomienda el manual.
Los menores, por su parte, pueden usar tanto el manual como el eléctrico, pero en niños o niñas muy pequeños el manual puede ayudarles a coger el hábito de la limpieza oral, ya que hay más modelos manuales (formas y tamaños) adaptados a ellos.