Estados Unidos en alerta por la posible infección de tejidos para implantes

Una persona ha muerto y 27 sufren graves infecciones tras recibir injertos del mayor proveedor del país
Por EROSKI Consumer 16 de agosto de 2002

Las autoridades sanitarias de Estados Unidos han alertado de la posible infección de implantes de cartílagos, ligamentos y tendones distribuidos a los hospitales por la empresa CryoLife, el mayor proveedor del país. Hasta el momento, una persona ha muerto y 27 sufren graves infecciones tras recibir injertos de esta compañía. La primera medida tomada por las autoridades estadounidenses ha sido la de suspender indefinidamente la distribución de implantes de CryoLife. También se está considerando retirar del mercado válvulas, venas y otros tejidos coronarios de la misma empresa.

CryoLife, que también suministra a España y a otros países de la Unión Europea, distribuye el 90% de las válvulas y otros tejidos coronarios que se implantan en EE.UU. y un 20% de los tejidos suaves, como ligamentos o tendones. Además, esta empresa procesa los tejidos que a su vez le suministran los bancos de donantes de órganos. De cada cadáver, CryoLife aprovecha un promedio de un 30% de los tejidos, que una vez desinfectados vende a hospitales y clínicas.

El Gobierno norteamericano está en estos momentos investigando el proceso de desinfección, muy elaborado costoso y peligroso si no se realiza de la forma correcta. La empresa dejó de realizar una parte muy importante del proceso hace unos años, la que consiste en examinar los tejidos nada más recibirlos del banco de donantes de órganos para determinar si portan bacterias u hongos. Ahora lo ha reanudado debido a las inspecciones de las autoridades sanitarias.

Así, CryoLife sólo realizaba la segunda fase de la desinfección, en la que se sumergen los tejidos en un líquido antibacteriológico. Según los expertos, esta segunda fase no es suficiente, ya que los cadáveres que no se refrigeran a tiempo desarrollan bacterias resistentes a los líquidos desinfectantes.

La investigación de las autoridades sanitarias comenzó en noviembre de 2001 a raíz de la muerte de un paciente al que se le injertaron en la rodilla unos ligamentos suministrados por la mencionada empresa. El Centro de Control de Enfermedades (CDC) descubrió que el donante de los ligamentos se había suicidado y su cadáver había permanecido durante 19 horas expuesto a temperatura ambiente, antes de que lo recogiera el banco de tejidos. La muerte del paciente la causó una bacteria rara llamada Clostridium Sordelli, con la que también estaba infectada la rodilla del donante.

El pasado mes de junio, los técnicos del CDC descubrieron que en todo el país había al menos 54 infectados, con bacterias iguales o de la misma familia, y que la mitad de esos pacientes tenían injertos procedentes de CryoLife.

Las autoridades sanitarias de EE.UU. temen que los injertos coronarios estén también contaminados. De hecho, han recibido numerosas quejas de pacientes con implantes de válvulas de CryoLife. Una de ellas, la de los padres de una niña de cinco años de Alburquerque (Nuevo México), que murió de una extraña infección producida por el hongo Arthrographis kalra.

Este caso y el de un paciente en silla de ruedas por una infección provocada por Clostridium Bifermentans, una bacteria común en las heces, tras ser operado de corazón, llevaron en abril a CryoLife ha retirar válvulas en siete Estados porque estaban contaminadas.

La empresa, por su parte, ha dicho que no puede garantizar al cien por cien sus productos, ya que es imposible esterilizar completamente los tejidos sin que pierdan su función. De momento, CryoLife sólo se responsabiliza de dos infecciones. El resto se han podido contraer en el quirófano, asegura.

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