Entre un 30% y un 60 %de las muertes por accidentes de tráfico están relacionados con la ingesta de alcohol o medicamentos, según un informe del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos.
Según este estudio, los antihistamínicos y las benzodiazepinas -principalmente ansiolíticos o hipnóticos- son los fármacos más habitualmente implicados en accidentes de tráfico, al ser capaces de provocar importantes alteraciones psicomotrices y de alerta psicológica.
Además, estos medicamentos pueden afectar a la capacidad para establecer distancias en movimiento y a la facultad para realizar adecuadamente maniobras de frenado, aceleración y dirección de vehículos, ralentizando la toma de decisiones en emergencias.
Los farmacéuticos advierten de que un medicamento puede no afectar a una persona y en cambio alterar las facultades de otra, y recuerdan también la potencial toxicidad del alcohol cuando se están tomando determinados fármacos.