Gran Bretaña informará a los receptores de sangre que podrían haber resultado infectados por el mal de las «vacas locas»

El objetivo es evitar que estas personas donen sangre o creen peligro para la salud pública si son sometidas a cirugía
Por EROSKI Consumer 30 de enero de 2002

El Panel británico para la Incidencia de la nueva variante de la Enfermedad de Creutzfeld Jacob (ECJ), asociada provisionalmente a la ingestión de carne afectada por el «mal de las vacas locas», informará a 22 personas que podrían haber sido contaminadas tras recibir, en los últimos años, transfusiones de sangre procedente de personas afectadas por la enfermedad.

El anuncio del panel es noticia porque, hasta ahora, mantenía una política de no informar a personas que podrían haber recibido transfusiones contaminadas. La política se ha variado para evitar que esas 22 personas, que serán ahora informadas por sus médicos de cabecera, hagan donaciones de sangre o creen peligro para la salud pública si son sometidas a cirugía.

Las razones por las que las autoridades sanitarias británicas no informaban a las víctimas de posible contaminación son varias: no existe ninguna certeza de que la ECJ pueda transmitirse a través de la sangre, no hay ningún test que permita comprobar si una persona ha sido contaminada y no existe ninguna cura para la enfermedad, que ha matado en el Reino Unido a 113 personas.

Gran Bretaña, el país más afectado por el «mal de las vacas locas» y donde existen más casos de nueva variante de ECJ, se han tomado diversas medidas para evitar el riesgo de contaminación de transfusiones; entre otras la importación de plasma de Estados Unidos y Canadá.

Otros países han prohibido la donación de sangre a aquellas personas que han residido en el Reino Unido durante el período de incidencia del «mal de las vacas locas». En España, una circular del Ministerio de Sanidad advirtió a los centros de donantes de sangre que no aceptasen donaciones de personas residentes durante un año en el Reino Unido entre 1980 y 1996.

La cifra de muertes por lo que popularmente se conoce como «la variante humana del mal de las vacas locas» se encuentra por el momento en el margen más bajo entre las proyecciones realizadas en su día por los expertos. La amplitud entre los márgenes de la proyección es muestra de lo poco que saben los científicos sobre esta enfermedad, en particular sobre su período de incubación. No se sabe si la incubación es breve, en cuyo caso las cifras actuales serían ya las máximas, o si la incubación puede ser de,por ejemplo, veinte años, lo que produciría un notable aumento de víctimas en el futuro.

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