Investigadores de EE.UU. desarrollan una técnica que permite visualizar el flujo sanguíneo sin recurrir a la radiación

La llamada CGFP facilita un diagnóstico más certero y fiable de las enfermedades cardiovasculares
Por EROSKI Consumer 5 de abril de 2004

Investigadores de la Universidad estadounidense de Duke, dirigidos por Robert Judd, co-director del Centro de Resonancia Magnética Cardiovascular de EE.UU., han desarrollado una nueva técnica que supone un importante avance en la mejora del diagnóstico y la prevención de las enfermedades de origen cardiovascular, primera causa de muerte en el mundo.

La nueva técnica ideada por el equipo de Judd amplía notablemente las posibilidades que ya ofrecía la resonancia magnética. Por una parte, elimina toda radiación sobre el paciente y por otra, permite visualizar el interior de las arterias y las venas sin necesidad de recurrir a contrastes, que perjudicaban a enfermos que también presentaban afecciones renales, hasta el punto que a muchos pacientes se les ha debilitado la función de órganos tan vitales como los riñones.

La resonancia permitía observar la anatomía de las arterías y las venas pero no el movimiento de la sangre. La llamada CGFP (Global Coherent Free Precession) permite a los clínicos etiquetar selectivamente protones dentro del agua de los glóbulos sanguíneos mediante ondas de radiofrecuencia, a medida que pasan a través del plano del escáner de resonancia magnética. Dado que todos los demás tejidos que rodean a la sangre no pasan a través del plano del escáner, no se etiquetan, dejando tan sólo las imágenes de la sangre a medida que se moviliza por el conducto sanguíneo. Para Robert Judd, «la información del flujo sanguíneo es importante, porque muchas veces la anatomía no se relaciona con el funcionamiento de las arterias», lo que complica los pronósticos sobre la situación real en la que se encuentra el paciente en el momento de la prueba.

Diagnóstico certero y fiable

Un diagnóstico más certero y, sobre todo, más fiable, es la principal consecuencia de esta nueva técnica. A lo que se une una mayor seguridad para el paciente, que con su aplicación no sufriría daño alguno al no utilizarse ninguna técnica invasiva, que frecuentemente son temidas por muchos pacientes debido al dolor que a algunos les provocan. Por ejemplo, la angiografía produce ocasionalmente desprendimiento de las placas de ateroma, además de poder llegar a formar trombos. La eliminación de los contrastes puede dar a esta nueva técnica un uso inmediato, asegura Judd, como es la observación de las arterias renales, donde las constricciones son causa común de la hipertensión.

El método, como reconoce el director de la investigación de la Universidad de Duke, tendrá que ser perfeccionado, pero para su implantación existirán pocos obstáculos ya que se apoya sobre los actuales dispositivos que aplican la resonancia magnética. Para Robert Judd, «es la única técnica diagnóstica capaz de examinar los efectos funcionales de la enfermedad cardiovascular con el apoyo en tiempo real del facultativo, sin procedimientos invasivos, sin contrastes y sin radiación».

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