Entrevista

Federico Oppenheimer, jefe de la Unidad de Trasplante Renal del Hospital Clínic de Barcelona

Entre el 30% y el 40% de los pacientes con insuficiencia renal necesitan diálisis o un trasplante de riñón
Por Clara Bassi 24 de julio de 2012
Img federico oppenheimer entrevista
Imagen: CONSUMER EROSKI

Corazón y cerebro. En la actualidad, los médicos se esmeran en promover la prevención de las enfermedades que atacan a estos órganos, como las dolencias cardiovasculares y las demencias. Pero ¿qué hay del riñón? Parece el gran olvidado de la prevención y, sin embargo, un número importante de personas enferman cada año de este órgano, hasta el punto de que 4.500 necesitan un trasplante renal y solo pueden acceder a él la mitad, entre 2.200 y 2.400. ¿Cómo cuidar el riñón? ¿Cómo mejorar los resultados de los pacientes que se someten a un trasplante? Lo cuenta en esta entrevista el experto Federico Oppenheimer, jefe de la Unidad de Trasplante Renal del Hospital Clínic de Barcelona, quien en el II Congreso de la Sociedad Española de Trasplantes (SET) ha propuesto impulsar un Registro Científico Nacional de Trasplantes de Riñón a partir de este mismo año, para así conocer mejor la evolución clínica de los receptores de un riñón y lograr mayores resultados.

¿Cuántas personas enferman cada año de riñón en España?

Por los datos disponibles en Cataluña, que son extrapolables al resto de España, en el año 2008 necesitaron tratamiento renal sustitutivo (eran personas con insuficiencia renal crónica terminal) un total de 990 pacientes, es decir, el equivalente a 134 personas por cada millón de habitantes. Esta cifra no indica solo las que enferman (que son muchas más) sino las que tienen insuficiencia renal crónica terminal y que, por lo tanto, necesitan diálisis o un trasplante.

¿Cómo se pueden cuidar los riñones y prevenir la insuficiencia renal crónica?

“La orina concentrada favorece los cálculos en el riñón y los cólicos nefríticos”

La insuficiencia renal crónica se previene actuando de manera simultánea sobre diversos puntos y controlando diversos factores de riesgo, como la hipertensión arterial, la diabetes, el colesterol alto y la obesidad. Los adultos, además de seguir un estilo de vida sano, se deben realizar una revisión anual. Con esto, basta para detectar y prevenir la enfermedad.

Ahora que es verano, se habla mucho de hidratación. ¿Cuánto líquido hay que beber al día para un buen funcionamiento de los riñones?

No hace falta beber grandes cantidades de golpe. Es importante distribuir la ingesta de 1,5 o 2 litros de agua a lo largo del día, en función de la temperatura, del ejercicio físico que haga cada persona y de si esta tiene hipertensión arterial o no. Lo más importante es evitar que la orina esté demasiado concentrada. Los riñones regulan la cantidad de agua que se pierde con la micción, tras hacer un balance de la cantidad que se ingiere y de las pérdidas de líquido que el organismo realiza a través del sudor y la temperatura. Si se bebe poco líquido, los riñones tienden a concentrar la orina, para retener líquido, pero concentrada favorece que se formen cálculos o piedras en el riñón, y que se tengan cólicos nefríticos. En verano, hay más pérdidas de líquido a través del sudor y la transpiración; si observamos que la orina tiene un color muy fuerte, quiere decir que está concentrada y que debemos beber más agua.

¿Hay algún líquido que se deba evitar?

“Para cuidar el riñón, hay que evitar que la orina esté demasiado concentrada”

El abuso de las bebidas carbónicas no es demasiado bueno, porque eleva la tensión arterial y, aunque estos refrescos no ataquen de manera directa al riñón, sí que pueden incidir. Las aguas muy mineralizadas con un alto contenido en calcio tampoco son muy saludables para personas propensas a la hipertensión. Pero, en general, las aguas minerales normales son buenas para personas sanas.

¿Cuándo se puede sospechar que el riñón no funciona? ¿Hay algún síntoma que lo delate?

Por desgracia, la insuficiencia renal crónica no suele manifestarse de manera precoz y, si lo hace, es con pocas señales. Sus síntomas son muy claros cuando la enfermedad está muy avanzada. En general, son variables, dependen de la propia insuficiencia y de la alteración que se tenga en el estado de salud. Entre ellos figuran la fatiga, los edemas o retención de líquidos y la hipertensión. Los síntomas son muy poco específicos, por eso insistimos en que se realicen chequeos periódicos, donde es fácil detectarla a través de los análisis de orina, determinando la albúmina, que es muy buen marcador.

¿Cuántas personas, entre las que enferman del riñón, necesitan diálisis o un trasplante renal?

“Los síntomas de la insuficiencia renal son muy poco específicos, por eso son importantes los chequeos periódicos”

Hay personas que enferman del riñón de forma aguda pero reversible. No obstante, hay otras con insuficiencia renal crónica cuyos síntomas obligan a un tratamiento sustitutivo, bien por medio de diálisis o un trasplante. Aproximadamente, entre el 30% y el 40% de los pacientes con insuficiencia renal necesitan de diálisis o un trasplante. Y cuando la enfermedad está en fase muy avanzada, un 25% de los pacientes precisan un trasplante.

En España, ¿cuántos pacientes están en esta situación?

Hay muchos pacientes en diálisis: 4.500 personas que están en lista de espera para trasplante. Una cifra muy elevada si se tiene en cuenta que en nuestro país se realizan cada año entre 2.200 y 2.400 trasplantes.

De todos los trasplantes de riñón que se realizan, ¿qué representan los de donante vivo respecto al total?

El abuso de las bebidas carbónicas o con gran contenido de calcio no es muy recomendable ya que aumentan la presión arterial

Cerca del 15% de todos los trasplantes de riñón que se realizan son de donante vivo, aunque en algunos hospitales, como en el Hospital Clínic de Barcelona, suponen hasta el 40%. En nuestra unidad, en estos momentos, se apuesta por potenciar tanto el trasplante de donante vivo como a corazón parado (o en asistolia, que consiste en obtener los órganos -en este caso, los riñones- de una persona en muerte clínica). Tenemos mucha esperanza en potenciar ambos tipos de programas para relanzar la actividad trasplantadora.

¿Es cierto que el trasplante de donante vivo da mejores resultados clínicos que el de cadáver?

En el trasplante de donante vivo, los estudios demuestran que la supervivencia del injerto-trasplante es más larga y, además, no hay que esperar durante un tiempo en diálisis. Al disponer de un donante, se puede realizar el trasplante de forma directa.

¿Cuáles son las principales asignaturas pendientes en los pacientes trasplantados de riñón?

“La primera causa de muerte en trasplantados con riñón funcionante es la enfermedad cardiovascular”

Los fracasos de los trasplantes a largo plazo, que son dos. El primero, la muerte del paciente con un riñón funcionante: la principal causa de fallecimiento es la cardiovascular, más frecuente que en la población sana no trasplantada, por lo que debemos mejorar mucho todos los factores de riesgo cardiovascular en estos pacientes. Y el otro, el fracaso del trasplante a largo plazo, bien por el rechazo crónico (que puede ser de origen inmunológico, un fracaso como la nefropatía crónica o un conjunto de factores que hacen que el órgano se deteriore) que debemos mejorar y prevenir, como por ciertos medicamentos que provocan toxicidad.

En el último congreso de la SET, usted ha anunciado la creación de un registro científico nacional de trasplantes. ¿Por qué y para qué?

Un registro nacional permitiría reunir información muy detallada de muchos aspectos clínicos de los pacientes trasplantados. Funcionaría como una base de datos que posibilitaría hacer análisis de incidencia, prevalencia e insistir en los resultados de los trasplantados, para interpretarlos mejor, y en algunos aspectos de la evolución de estos pacientes, para mejorar su manejo clínico.

E intentar mejorar esas dos asignaturas pendientes.

“Extirpar un riñón para un trasplante es una cirugía muy segura y que no merma la calidad de vida del donante”

Claro, con análisis de este tipo podemos obtener mucha información que nos ayude a detectar el origen de la muerte cardiovascular en estos pacientes trasplantados, si se relacionan con ciertos aspectos clínicos, los fármacos que toman, tipos de donantes, etc. La idea es impulsar en España este registro de trasplantes de adultos y pediátricos este mismo año. Será de carácter voluntario, aunque esperamos que participen muchos centros hospitalarios. De momento, al utilizar herramientas informáticas distintas en cada hospital, se está organizando una base de datos común, para introducir la información de la misma forma y evitar duplicidades.

En fechas recientes, en Italia se ha realizado el primer trasplante de riñón con un robot Da Vinci. ¿Qué opina de estos avances? ¿Se extenderán en la práctica?

La cirugía robotizada ayuda a sistematizar los actos quirúrgicos. Detrás de cada robot que opera, hay una persona; es decir, el robot (Da Vinci) realiza la parte mecánica de la cirugía. En España también está disponible y facilita la exquisitez en la intervención. Aunque no sé si en el trasplante de riñón aporta un valor añadido alto, sí lo da en el abordaje del sistema nervioso, donde la precisión quirúrgica para operar tumores cerebrales es muy importante.

Hacerse donante de órganos

“Extirpar un riñón para un trasplante es una cirugía muy segura y que no merma la calidad de vida del donante”. Esta afirmación se debería dar a conocer para promover las donaciones de órganos, según Federico Oppenheimer. La legislación española de donación de órganos prevé que cualquier persona pueda ser donante, a menos que en vida haya manifestado lo contrario. Pero, aunque todos los españoles son donantes en potencia, siempre se pregunta a las familias si conocían el deseo de su familiar fallecido.

En la práctica, los órganos solo se extraen si se conoce la voluntad a favor del difunto y la familia no se muestra en absoluto contraria. De hecho, en la actualidad, aún hay un 15,3% de negativas familiares a donar los órganos de su ser querido fallecido, según datos de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT). “Cualquier persona debe reflexionar, con su familia y comentarle que, si sobreviene la muerte, es posible donar sus órganos para puedan aprovecharlos otras personas. En algún momento, hay que tener esta conversación con los familiares”, señala Oppenheimer.

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