La Agencia Española de Medicamentos prohíbe el uso de más de 20 antidepresivos en niños y adolescentes

Existen indicios de que estos fármacos no sirven para el tratamiento de las depresiones infantiles y juveniles
Por EROSKI Consumer 27 de julio de 2004

La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, organismo de supervisión de los fármacos dependiente del Ministerio de Sanidad y Consumo, acaba de ratificar la prohibición de prescribir más de 20 antidepresivos, los considerados medicamentos inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), para el tratamiento de trastornos depresivos en niños y adolescentes. Los principios activos afectados son citalopram, paroxetina, fluoxetina, fluvoxamina, escitalopram y sertralina, más ventalafaxina (también inhibe la noradrenalina).

La medida se toma principalmente ante los indicios existentes de que estos medicamentos no sirven para el tratamiento de las depresiones infantiles y juveniles. Además, pueden incidir en el desarrollo de conductas suicidas, aspectos que ha puesto de manifiesto una reciente investigación publicada en «The Lancet». España y la mayoría de países europeos, como Francia y Alemania, se suman así ahora a la prohibición impuesta en el Reino Unido a mediados del pasado mes de diciembre y a las restricciones, que no desautorización, tomadas por las autoridades sanitarias de EE.UU.

En un primer momento, España no siguió las recomendaciones que se estaban tomando en EE.UU. y Gran Bretaña debido a que estos fármacos de última generación no tenían autorizado su empleo en niños y adolescentes para el tratamiento de la depresión. Sin embargo, ahora la Agencia Española de Medicamentos advierte en su alerta de que «los datos disponibles sugieren que estos antidepresivos son prescritos a este grupo de población».

Diversos psiquiatras alertan de que aunque en España no está permitida su prescripción a niños y adolescentes, muchos facultativos los emplean cuando fallan las primeras terapias con psicoterapia, pero siempre como segunda o tercera opción. Este hecho, unido a la ausencia de estudios epidemiológicos sobre la incidencia de los trastornos depresivos en niños y jóvenes, hace casi imposible una cuantificación de los envases que se destinan en nuestro país a consumo infantil y juvenil.

Primeras medidas

La Administración sanitaria de EE.UU. plasmó las primeras medidas hace trece meses, cuando obligó a los laboratorios que comercializan los ISRS a anunciar claramente en sus prospectos y envases que su uso incrementaba el riesgo de ideación y comportamiento suicida, tanto para la población infantil como para la adulta posteriormente. Después vendría la prohibición del Reino Unido y posteriormente una agria polémica en EE.UU., donde las acusaciones de que los laboratorios ocultan esta información están en manos de la Justicia.

El presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría, Enrique Baca Baldomero, aplaudió ayer la iniciativa que ha tomado el Ministerio de Sanidad siguiendo la estela de EE.UU. y Gran Bretaña.

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