La exposición al ozono y al monóxido de carbono durante el embarazo puede provocar deficiencias cardiacas en los bebés

Así se pone de manifiesto en un estudio realizado en 9.000 recién nacidos en Los Ángeles entre 1987 y 1993
Por EROSKI Consumer 1 de enero de 2002

La exposición al ozono y al monóxido de carbono durante el embarazo podría ser el origen de deficiencias cardíacas en el recién nacido. Así aparece reflejado en un estudio realizado en 9.000 bebés nacidos en Los Ángeles entre 1987 y 1993 y que aparece publicado hoy en la revista científica americana «American Journal of Epidemiology».

Según este estudio, las mujeres que viven en los barrios con mayor contaminación por ozono y monóxido de carbono -elementos emitidos por vehículos motorizados- tienen hasta tres veces más riesgo de dar a luz un niño con problemas pulmonares o cardíacos.

Además, señala que el riesgo aumenta en aquellas mujeres expuestas a la contaminación durante su segundo mes de embarazo, cuando el feto comienza a formarse. «Este estudio suscita múltiples interrogantes», afirma la experta en epidemiología de la Universidad de California e impulsora del estudio, Beate Ritz. En el estudio no se tuvieron en cuenta otros factores de riesgo para el bebé como la obesidad de la madre, el tabaquismo, ciertas dietas o la presencia en el aire de otros agentes químicos. Ritz incluso reconoce que puede haber otras sustancias en las emisiones de los tubos de escape que no se han identificado y que también son perjudiciales para el niño.

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