La mitad de los varones españoles de entre 45 y 74 años sufre de andropenia, una afección que origina problemas de erección y disminución del deseo sexual. Así lo pone de manifiesto la I Encuesta Nacional sobre Salud del Hombre y Andropenia, realizada entre 2.101 varones y promovida por el Grupo de Estudio de Salud del hombre.
Pese a la alta incidencia de esta patología, la encuesta revela que sólo el 0,9% de los afectados entrevistados ha seguido un tratamiento para mejorar las carencias hormonales, que son la causa de la andropenia. Uno de los problemas en su diagnóstico radica en que es erróneamente identificada, tanto por los ciudadanos como por los facultativos, como un problema del envejecimiento.
Concretamente el 88,3% de los varones que presentan sintomatología creen que ésta es consecuencia de la edad y por eso no acuden al médico. El 57,6% incluso considera que no afecta a su calidad de vida. Además, pese a que el 76,9% piensa que su sintomatología tiene tratamiento, el 77,2% no ha acudido al facultativo.
De los que fueron a una consulta (22,8%), la mayoría acudió al médico de cabecera (57,4%) y al urólogo (30,1%). En menor medida visitaron al andrólogo (el especialista en andropenia), al traumatólogo, al psicólogo o psiquiatra, al farmacéutico, al sexólogo o al cardiólogo.
Aunque la andropenia se detecta con un simple análisis de la testosterona libre -la que no está en sangre-, los facultativos sólo prescribieron esa prueba al 9,2% de los pacientes. A juicio del doctor Ignacio Moncada, urólogo presidente de la Asociación Española para la Salud Sexual y miembro de la Asociación Española de Andrología, la poca importancia que se da al estudio de las hormonas masculinas «nos retrotrae a la misma situación que ocurría con las mujeres hace 25 años». En todo caso, el 25% de los que acudieron a una consulta salió con algún tipo de tratamiento.
