Llega el verano y los rayos del sol comienzan a apretar. La luz solar es esencial para la salud, pero no está exenta de riesgos. La radiación ultravioleta (UV) puede causar diferentes enfermedades, pero hay formas eficaces de evitar estos problemas y seguir disfrutando plenamente del astro rey.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la sombra, las gafas de sol, las prendas de vestir y los sombreros son la mejor protección. Además, es necesario aplicarse una crema con filtro solar en las partes del cuerpo que quedan al descubierto, como el rostro y las manos.
Las horas centrales del día son las peores. «Los rayos UV del sol son más fuertes dos horas antes y dos después del mediodía solar, así que conviene limitar la exposición durante esas horas», explica la agencia sanitaria.
Es importante tener en cuenta el índice UV cuando sea posible. «Este dato ayuda a planificar las actividades al aire libre para evitar una exposición excesiva a los rayos del sol», apunta la OMS, que aconseja extremar las medidas de protección cuando el índice UV prevea niveles de exposición de moderados a altos.
Por otro lado, las cremas para proteger la piel deben ser de amplio espectro -factor 15 o superior-. Lo recomendable es untar la crema media hora antes de exponerse al sol y renovarla cada dos horas por lo menos.
En lo que se refiere a la ropa, se deben utilizar gorras o sombreros que protejan debidamente los ojos, las orejas, la cara y la parte posterior del cuello. Las gafas de sol, por su parte, deben contar con un índice de protección del 99%-100%.
Respecto a las sombras, la OMS advierte de que todas no son iguales. Los árboles, las sombrillas o los toldos no protegen totalmente contra la radiación solar. Si las sombras que proyectan los objetos son cortas, hay que refugiarse del sol.
