La reacción adversa a los medicamentos causa el 20% de las insuficiencias hepáticas

No existe un método diagnóstico certero para saber si un paciente tiene hepatitis tóxica
Por EROSKI Consumer 5 de junio de 2012

La enfermedad hepática tóxica o hepatotoxicidad es una reacción adversa a los medicamentos y, aunque poco común, los médicos la temen porque entre sus consecuencias graves se encuentra la insuficiencia hepática. Se estima que el potencial hepatotóxico de los fármacos es el responsable de por lo menos el 20% del total de los afectados por insuficiencia hepática.

Además, esta cifra se podría ver incrementada si se incluye una parte del 30% de estos eventos adversos cuya causa no ha podido ser detectada. El principal problema «es que no existe un método diagnóstico certero para saber si un paciente tiene hepatitis tóxica, por lo que llegamos a esta conclusión al descartar otras posibilidades», ha explicado el director Unidad de Gestión Clínica de Digestivo del Hospital Universitario Virgen de la Victoria (Málaga), el doctor Raúl Andrade, en un encuentro organizado por la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD).

Los medicamentos con mayor toxicidad hepática no se limitan a un grupo determinado de medicamentos o al mecanismo de acción por el que estos son eficaces, sino que puede ocurrir con cualquier medicamento. Tiene que ver probablemente con peculiaridades de la estructura química que pueden compartir medicamentos de distintos grupos terapéuticos. No obstante, «el grupo de los antibióticos es el que con mayor frecuencia provoca casos de toxicidad hepática, hecho probablemente asociado a su amplio uso, ya que el riesgo de toxicidad por el antibiótico más frecuentemente implicado en casos de toxicidad hepática es de aproximadamente 1 de cada 50.000 sujetos tratados».

Andrade ha explicado que actualmente se ha puesto en marcha un proyecto europeo con el que se pretende lograr el objetivo de detectar precozmente una toxicidad hepática mediante análisis de sangre. «Es esperable que en un plazo breve se puedan validar biomarcadores específicos para hepatotoxicidad en una amplia población de pacientes, lo que nos ayudará a los especialistas a tomar la decisión de la interrupción o continuación del tratamiento que está siguiendo al paciente», ha añadido.

El objetivo es la identificación precoz de la hepatitis tóxica por medicamentos ya que, como ha apuntado, «será vital para reducir la lesión hepática y evitar futuras complicaciones». La medida más inmediata y eficaz tras su diagnóstico es la retirada del fármaco sospechoso al paciente. En su gran mayoría las hepatopatías inducidas por medicamentos evolucionan favorablemente una vez suspendida la administración del fármaco responsable. La toxicidad hepática ocurre por variaciones genéticas que se empiezan a identificar y que interaccionan con factores ambientales hoy no bien conocidos (dietéticos, hormonales, enfermedades del paciente, etc.).

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