La confirmación ayer por parte de las autoridades sanitarias de Cantón de un nuevo caso de neumonía atípica y el anuncio del aislamiento en un hospital de la misma provincia china de una camarera de 20 años, que presenta los síntomas de la enfermedad desde hace trece días, evidencian que la lucha contra el llamado Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SRAS) no ha terminado todavía. Aunque aún existen incógnitas en torno a la infección, los expertos sostienen que la comunidad internacional está preparada ya para evitar que lo que hasta el momento son episodios aislados se conviertan en una segunda epidemia mundial de neumonía atípica.
La situación puede ser delicada, pero en absoluto preocupante, según los expertos en enfermedades infecciosas y microbiología, quienes coinciden en señalar que la lección aprendida el año pasado permitirá un mejor control de la epidemia en el supuesto de que finalmente se desate. En cualquier caso, los especialistas no esperan «ni de lejos» un problema sanitario de la magnitud del anterior, que causó en el mundo más de 8.000 enfermos y 814 muertos.
En el supuesto de que se dé una emergencia, los expertos ya no tendrán que enfrentarse a un problema desconocido. España cuenta desde el año pasado con una red de hospitales de referencia, servicios asistenciales específicos y protocolos de actuación que permitirían afrontar mejor una hipotética crisis sanitaria.
El microbiólogo Ramón Cisterna, jefe del Servicio de Microbiología Clínica y Control de la Infección del Hospital de Basurto, en Bilbao, considera que la información procedente de China es aún insuficiente para valorar el alcance real del problema, pero insiste en que si se diera una nueva crisis, la situación sería ahora muy distinta. «Trabajaríamos desde la tranquilidad que da lo que ya se conoce», subraya.
Casos aislados
Lo avanzado que está ya el invierno permite aventurar, además, que los dos enfermos aparecidos en China y el científico infectado anteriormente en Taiwán, «junto con algún otro que pueda aparecer», se quedarán en simples casos aislados, según estima Nicolás González Mangado, jefe de Neumología de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid. Una cuestión muy diferente es considerar que se ha logrado acabar con la enfermedad.
Según el especialista madrileño, el sacrificio masivo de civetas y otros animales exóticos en China demuestra que todavía se ignora dónde se encuentra el reservorio del microbio que provoca la enfermedad, el lugar donde el coronavirus se mantiene latente en verano para despertar en otoño o invierno. «Mientras no se resuelva esa incógnita, que no es fácil, el SRAS volverá periódicamente, como lo hace la gripe y otras enfermedades más graves. Eso es algo que ya se esperaba», sentencia.
La camarera afectada ingresó en el hospital de Guangzhou la pasada semana, después de permanecer varios días con fiebre alta. Otras 48 personas han sido puestas en cuarentena y 52 más están bajo observación. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha enviado a China un equipo de expertos para detectar la fuente del primer caso y determinar si este segundo se corresponde realmente con el síndrome respiratorio.
Aislamiento y análisis
El virus causante de la neumonía atípica ha sido bautizado con el nombre de «Coronavirus Urbani» en homenaje al especialista italiano Carlo Urbani, que falleció víctima del síndrome respiratorio cuando se encontraba en plena investigación de la epidemia. El microbio, con sus especificidades, pertenece a la familia de los que causan el resfriado común, lo que ha facilitado la investigación. Aún así, un año después de los primeros casos persisten muchas incógnitas.
Un reciente informe publicado en la revista «Medicina Clínica» admitía que «de momento se desconoce si existe algún tratamiento específico eficaz contra la enfermedad», ni vacuna. La mayoría de los afectados han sido tratados con ribavirina, que es un antivírico, y corticoides porque su acción combinada se ha mostrado válida. La medicación se ha acompañado de medidas de aislamiento y exploraciones clínicas, entre otros cuidados.
«Los coronavirus infectan tanto a humanos como a animales y es lógico considerar que el SRAS estaría relacionado con la emergencia de un nuevo coronavirus de origen animal que hubiera adquirido la capacidad de infectar al hombre», explican los expertos.
La enfermedad ha comenzado a despertar cuando millones de chinos se disponen a viajar para reunirse con sus familiares con ocasión del Año Nuevo Lunar, la mayor fiesta del país, suspendida el año pasado por la epidemia. El Gobierno chino se ha propuesto controlar estaciones y aeropuertos para tomar la temperatura a los viajeros.