Las ecografías en cuatro dimensiones son más precisas para diagnosticar malformaciones en el feto

Este método se utiliza desde hace ocho meses en la sanidad española para vigilar embarazos de alto riesgo
Por EROSKI Consumer 19 de septiembre de 2004

El uso de una nueva técnica de ecografía que permite captar imágenes volumétricas en movimiento, conocida como ecografía en cuatro dimensiones (4D), permite diagnosticar con más precisión las posibles malformaciones neurofisiológicas fetales, más frecuentes en los embarazos múltiples, según un estudio del Hospital Sveti Duh de Zagreb (Croacia) y del Instituto Dexeus de Barcelona.

La mayor aportación al diagnóstico de la ecografía en 4D (o ecografía dinámica tridimensional) es que permite la visualización de los movimientos fetales, las expresiones faciales y el movimiento fetal de manos y pies, todos ellos indicadores de normalidad neurofisiológica.

El uso generalizado de este tipo de ecografías en España es relativamente reciente, ya que se utilizan desde hace sólo ocho meses en embarazos de alto riesgo.

El profesor Asim Kurjak, responsable de la investigación, indica que «la tecnología 4D permite detectar con gran precisión y de forma rápida un retraso neurológico del feto durante el embarazo, lo que facilitaría la posibilidad de recuperación del niño».

Esta investigación se inició ante la constatación de los investigadores de que los bebés de embarazos múltiples sufren un porcentaje de lesiones neurológicas y de otros riesgos asociados a su condición de prematuros muy superior a los registrados en los embarazos de un sólo feto.

«Gracias a la ecografía en 4D se pueden observar fácilmente las pautas de comportamiento del feto; entre ellas los actos de bostezar, la sonrisa, el llanto o el parpadeo, lo cual es un indicio fiable de cómo se produce el desarrollo neurofisiológico», explica el doctor Kurjak. «La cara del feto nos refleja qué pasa en el cerebro», afirma.

Mediante esta tecnología, se pueden capturar simultáneamente los movimientos de la cabeza, del cuerpo y de las extremidades en tres dimensiones, hecho que permite estudiar las fases de desarrollo anatómico y motor de los fetos ya en las primeras semanas de la gestación, cuando se desarrollan la mayoría de los patrones de movimiento.

A partir de la semana 15 se pueden observar prácticamente todos los patrones (sobresaltos, hipos, respiración, bostezo, succión, rotación de todo el feto…) y más adelante la ecografía permite visualizar el ritmo cardiaco fetal y los movimientos corporales y oculares.

Cualquier alteración en estos patrones, asegura el doctor Pere Barri, del Insituto Dexeus, podría ser «indicio» de que algo no funciona adecuadamente y, por tanto, se recomendarían más pruebas diagnósticas.

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