Los trastornos respiratorios provocados por el frío, como la gripe, las neumonías, la bronquitis o las infecciones virales en niños, se convierten en la principal causa de ingreso en los servicios de urgencias hospitalarios, desplazando de ese primer puesto a los problemas cardiovasculares y de tipo traumatológico que predominan el resto del año.
«El periodo que va de diciembre a febrero es el que registra el mayor número de casos, ya que la bajada de temperatura, unida normalmente a una mayor presencia de humedad en el ambiente, favorecen la acción de los gérmenes que atacan las vías respiratorias», afirmó el doctor Francisco Álvarez Gutiérrez, especialista del hospital Virgen del Rocío de Sevilla y miembro de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR). «Aunque no se puede olvidar -añadió- la creciente influencia en este tipo de infecciones del tabaquismo y la polución atmosférica».
De hecho, explicó este neumólogo, «el tabaco debe de ser considerado como un elemento de primer orden en el origen o favorecimiento de muchas de estas afecciones, especialmente en el caso de la bronquitis».
Síntomas
Los síntomas de alarma de una infección respiratoria, explica el citado médico, se centran en la tos, la expectoración, el dolor y la disnea (dificultades para respirar, acompañadas normalmente de silbidos o ‘pitos’ en el pecho). También el dolor torácico es un signo habitual, aunque no siempre es fácil diferenciar el de origen respiratorio del causado por otros procesos
La tos, uno de los reflejos más comunes de la existencia de una infección respiratoria, es «una maniobra espiratoria brusca, a modo de explosión, que intenta eliminar el material acumulado en las vías aéreas, por lo que no siempre es conveniente atajarla sin previamente, o a la vez, actuar sobre la causa que la origina», señaló el citado experto de SEPAR.
Dentro del amplio catálogo de infecciones respiratorias, una de las más comunes y que mayores cuidados requieren, por ser los niños de corta edad y los lactante menores de seis meses los más afectados, es la bronquitis.
Esta afección puede estar producida por diversos tipos de virus que, desde la zona superior del aparato respiratorio, descienden hacia los bronquios medianos y pequeños y los bronquiolos, destruyendo el epitelio y ocasionando un edema y exudado que impide la respiración normal.
Los síntomas habituales son bastante típicos: el niño presenta una infección vírica previa que, de forma brusca, se complica con un cuadro de gran dificultad respiratoria, fatiga, silbancias, taquicardia y tos seca.
«Normalmente estos casos pueden tratarse en el domicilio y la recuperación suele producirse sin secuelas a los pocos días, pero es conveniente prestarlos la atención debida, ya que en ocasiones son graves y requieren hospitalización», concluyó Álvarez Gutiérrez.
