Los infartos cerebrales graves pueden prevenirse con una sencilla prueba

La 'anestesia consciente' deja en el paciente una conciencia subliminal suficiente para obedecer órdenes sencillas que permite evaluar los daños
Por EROSKI Consumer 1 de diciembre de 2002

Suponen la tercera causa de muerte en los países industrializados y dejan secuelas de gravedad variable en todos los que lo sufren. Se trata de los infartos cerebrales, y los casos más graves se podrían evitar fácilmente sometiendo al paciente a una sencilla prueba: una ecografía cervical. Así lo aseguraron el viernes los doctores Rafael Gómez Medialdea, especialista en cirugía vascular, y Concepción Pérez, directora médica del Hospital Clínico Universitario, durante la presentación de la VII Reunión Bienal de la Sociedad Andaluza de Angiología y Cirugía Vascular.

El mayor problema de estas dolencias es que son asintomáticas (carecen de síntomas), por lo tanto, los especialistas recomiendan que los pacientes con factores de riesgo, tales como fumadores, diabéticos, hipertensos o con colesterol alto, así como los mayores de cincuenta años se realicen una ecografía en la zona cervical.

Más del 50 por ciento de los ACV (Accidentes Cerebro-Vasculares) se producen por la obstrucción de las carótidas cervicales, que es, en cualquier caso, el tipo más grave de ACV, ya que son estas venas las que aportan mayor caudal sanguíneo al cerebro. Los especialistas aseguran que la mejor arma es la prevención, ya que una vez producido el infarto el margen de maniobra es menor y es importante la rapidez con la que se lleva a cabo la operación.

En este sentido, es muy importante la nueva técnica de la ‘anestesia consciente’, que deja en el paciente una conciencia subliminal suficiente para obedecer órdenes sencillas que permiten a los médicos evaluar los daños producidos en el mismo momento de la operación.

Esta técnica se usa ya en el sur de Francia y en el Norte de Italia «con resultados satisfactorios», según explicó el doctor Raúl Muchada, especialista en Cirugía vascular de la Clínica E. André de Lyon, Francia.

La recuperación de esta enfermedad, según apuntó la doctora Rocío Merino, depende mucho de la zona afectada y del calibre de la vena dañada, así como de cada paciente «La evolución se ve en el primer mes y el alta se da a los dos meses», pero lo más importante es el apoyo psicológico para aceptar las secuelas producidas. «En este sentido, el papel de familiares y amigos es muy destacado, porque la psicología juega un papel fundamental».

En los encuentros, que se clausuraron ayer, más de cien expertos del ámbito nacional e internacional debatieron las últimas técnicas para tratar la insuficiencia venosa crónica (conocida popularmente como varices) y los síndromes postrombóticos.

Las varices afectan al 15 por ciento de la población adulta y son la causa del 2,5 por ciento de las bajas laborales. Las nuevas técnicas permiten tratarlas en la mayoría de los casos de un modo mucho más simple

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