Los médicos aconsejan acostar a los bebés boca arriba para evitar casos de muerte súbita

También es conveniente no fumar durante el embarazo y mantener la habitación del niño a unos 20 grados
Por EROSKI Consumer 18 de enero de 2005

El fallecimiento el pasado domingo de la hija de ocho meses de un jugador de fútbol por causas desconocidas ha vuelto a poner de actualidad la muerte súbita del lactante, una de las complicaciones que más preocupan a los padres de recién nacidos.

Desde hace algo más de una década, los médicos recomiendan que se acueste a los menores de un año siempre boca arriba para evitar la muerte repentina e inexplicable del bebé. «No sabemos por qué ocurre, pero lo cierto es que el riesgo se reduce a la mitad», explica la especialista Maite Labayru, secretaria del Grupo de Trabajo de Muerte Súbita de la Asociación Española de Pediatría y una de las primeras en defender esta teoría en España.

La simple estadística y la experiencia de países como Holanda, Australia y Nueva Zelanda, con altos índices de muerte súbita del lactante, demuestran que cambiar la posición de reposo del bebé reduce el problema a un caso por cada 1.000 nacidos, la mitad que en los años 80.

Trabajos realizados con posterioridad defienden incluso que el riesgo de muerte se multiplica entre tres y doce veces por el mero hecho de adoptar una u otra posición. «El niño nunca debe dormir boca abajo, ni de lado. Otra cosa es que esté girado hacia un lateral mientras está despierto; pero dormido, nunca», recalca la especialista.

Evitar el tabaco

Al principio, hay bebés a los que les cuesta dormir boca arriba, pero al final acaban acostumbrándose. Sólo cuando el pequeño tenga algún problema cardiaco, digestivo o respiratorio que lo desaconseje, el especialista valorará la posibilidad de que se coloque al niño en su cuna en otra postura.

Lo habitual es que la muerte súbita del lactante ocurra entre los dos y cuatro meses de vida. El riesgo desciende de manera importante a partir del sexto mes, cuando los sistemas nervioso central y respiratorio del pequeño comienzan a estar más maduros. Aún así, el síndrome puede darse a lo largo de todo el primer año de vida.

Para evitarlo, los pediatras aconsejan a las madres que no fumen durante el embarazo y que se mantenga la habitación del pequeño a una temperatura en torno a los 20 grados. En la cuna, el pequeño no debe pasar frío, pero tampoco ha de estar excesivamente arropado. «La leche materna también parece que reduce el riesgo, pero eso es algo que no está del todo demostrado», concluye Labayru.

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