La clonación de células madre con fines terapéuticos permitirá la creación de órganos que acabarán con el problema de rechazo que tienen ahora la mayoría de los enfermos sometidos a algún tipo de trasplante. Según Marcelo Palacios, presiente de la Sociedad Internacional de Bioética (SIBI), esta medicina experimental «está siendo ya puesta en práctica con éxito y significa el fin de los rechazos en los trasplantes y de la dura medicación a la que son sometidos los pacientes».
Palacios puso como ejemplo un enfermo del Hospital Clínico de Navarra «de 70 años, con múltiples infartos, que ha sido sometido a un trasplante de células clonadas. Se ha visto que evoluciona favorablemente sin problemas de rechazo ni de otra índole».
El presidente de la SIBI explicó que «las células madre tienen numerosas propiedades, como que son intemporales, es decir, que no envejecen y se pueden dividir siempre. También son indiferenciadas, algo así como el punto muerto de las marchas de un coche y, además, son pluripotentes, que significa que pueden convertirse en cualquier tipo de célula con la debida estimulación en el laboratorio científico».
Las células madre de los embriones congelados comparten propiedades con las células madre procedente de la clonación, «excepto en que deben ser reprogramadas, porque llevan carga genética».
Sobre las reservas de carácter ético expresadas por algunos políticos respecto a la clonación celular, Marcelo Palacios se mostró partidario de diferenciar «entre salvar la vida y salvar una vida. Soy respetuoso con todas las opiniones, pero está claro que los embriones de cinco días son un conglomerado de células».