Los pediatras auguran un incremento de los casos de pubertad precoz en España

Este trastorno puede generar problemas psicológicos y motivar posteriormente un estancamiento en el crecimiento
Por EROSKI Consumer 19 de octubre de 2008

Los pediatras creen que los casos de pubertad precoz aumentarán en España en el futuro debido, fundamentalmente, a la obesidad y a la presencia en nuestro país de población inmigrante de origen hispano, cuyos pequeños se desarrollan físicamente con mayor rapidez. Otra causa está vinculada al aumento de niñas adoptadas que llegan a nuestro país con déficit nutricional y, de repente, «empiezan a engordar una barbaridad», indicó el doctor Rafael Yturriaga, jefe del Servicio de Pediatría del Hospital Ramón y Cajal de Madrid.

Se denomina científicamente pubertad precoz central al trastorno, cada vez más común en España, que aparece cuando el desarrollo de los caracteres sexuales se produce antes de los ocho años en las niñas y de los nueve en los niños. Este trastorno afecta fundamentalmente a las pequeñas. Aunque no existen registros oficiales, se calcula que la prevalencia de la pubertad precoz es de un niño por cada 10.000, aunque se ceba entre el segmento femenino, ya que por cada 20 casos de desarrollo hormonal prematuro entre las niñas se registra uno en niños.

El exceso de peso que se está registrando en la población infantil española influye de manera importante en el adelantamiento de la pubertad, según los expertos. Sin embargo, la obesidad incide sólo en la pubertad precoz de las niñas, ya que en los niños con exceso de peso se produce la consecuencia contraria y retrasa su desarrollo. El inadecuado desarrollo de los púberes precoces tiene consecuencias negativas en el futuro, ya que puede generar trastornos psicológicos y motivar posteriormente un estancamiento en el crecimiento, advirtió el especialista.

Inmadurez psicológica

«Uno de los aspectos negativos posibles es el psicológico, ya que la madurez corporal es discordante con la inmadurez psicológica. Las niñas, fundamentalmente, pueden tener un cuerpo de mujer y una mente de niña de siete años. La madurez corporal convive, por tanto, con el infantilismo psicológico», destacó Yturriaga.

Además, con relativa frecuencia, aunque no siempre, se puede producir una paralización del crecimiento cuando las niñas llegan a ser adultas. «A los nueve o diez años la niña puede estar altísima pero, al alcanzar la edad adulta, ya no crece más», explicó el especialista. En conclusión, las niñas con pubertad precoz pueden ser «muy altas de niñas y, en ocasiones, muy pequeñas de adultas».

Para afrontar el tratamiento de este trastorno, los médicos pueden optar, aunque no siempre, por «frenar la pubertad» mediante la administración de una sustancia denominada análogo de GnRH. «Es la hormona que empieza a funcionar en el hipotálamo del cerebro y pone en marcha todo el eje que va desde el cerebro y la hipófisis hasta los ovarios en las niñas y los testículos en los niños», apuntó el doctor. Si se administra un análogo de esta sustancia, que es sintética, se frena el eje antes mencionado, de manera que se vuelve a la situación inicial y los niños permanecen en su estado de desarrollo natural.

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