Paro cardiaco: ¿sabrías salvar la vida de otra persona?

La formación en reanimación cardiopulmonar es indispensable para saber cómo actuar ante un paro cardiaco y aprender a salvar vidas
Por Beatriz González, FEC 18 de diciembre de 2018
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Imagen: photographee.eu

Si un ciudadano sueco sufriera en su país un paro cardiaco en plena calle, lejos de un hospital, sus posibilidades de sobrevivir serían tres veces mayores que en España. Eso dicen las estadísticas, que sitúan las probabilidades de superar una parada súbita en un 30 % en Suecia, mientras que en nuestro país ese porcentaje se encuentra entre el 5 y el 10 %. La diferencia se debe entre, otras razones, a que en el país escandinavo la mayoría de sus habitantes sí reciben formación en reanimación cardiopulmonar (RCP). En este artículo explicamos la importancia de saber realizar la RCP y detallamos cómo hacerla en adultos, niños y bebés.

¿Cómo actuaríamos en caso de que una persona sufriera un paro cardiaco delante de nosotros? El escenario depende del país en que vivamos. En Suecia, la tercera parte de sus nueve millones de habitantes reaccionaría previsiblemente de la forma correcta, porque esa es la cantidad de suecos que han realizado, al menos una vez en su vida, el curso de Soporte Vital Básico (SVB) y DEA (desfibrilador externo automático). También en Dinamarca la mayoría de sus vecinos están preparados para actuar ante una emergencia de este tipo, ya que es obligatorio hacer un curso de SVB y DEA certificado por el Consejo Europeo de Resucitación (ERC) para renovar el carné de conducir.

Por cada minuto que pasa sin que iniciemos las maniobras de RCP, las probabilidades de sobrevivir a un paro cardiaco se reducen un 10 %

Sin embargo, en España el 70 % de la población desconoce cómo llevar a cabo una reanimación cardiopulmonar, el mismo porcentaje que admite que tampoco sabría cómo actuar si presencia una emergencia de estas características. De hecho, tan solo el 10 % de los ciudadanos sabe cómo realizar de manera correcta la RCP; una realidad que hace que muchas vidas que podrían salvarse se pierdan. Porque por cada minuto que pasa sin que iniciemos las maniobras de RCP ni usemos un desfibrilador, se reducen un 10 % las posibilidades de sobrevivir a un paro cardiaco súbito. Y si no sabemos cómo hacer esas maniobras de RCP, no podremos aplicarlas correctamente.

«Las técnicas de reanimación cardiopulmonar deben empezarse de forma extraordinariamente rápida y precoz, ya que por cada minuto que pasa, las posibilidades de sobrevivir disminuyen en un 10 %, por lo que al cabo de 10 minutos esas posibilidades son mínimas», afirma el Dr. Carlos Macaya, cardiólogo y presidente de la Fundación Española del Corazón (FEC).

De ahí que el reconocimiento rápido de la situación, comenzar la RCP de forma inmediata e incluso usar con rapidez un desfibrilador sea esencial para aumentar el porcentaje de supervivencia. Es la razón de que el Consejo Español de Resucitación Cardiopulmonar, la Sociedad Española de Cardiología y otras sociedades científicas demanden la implantación de planes formativos para la sociedad, además de la instalación de más desfibriladores en lugares públicos, tal como propone el informe «Muerte súbita y cardioprotección en España».

30.000 muertes anuales por muerte súbita

Esas actuaciones son la clave para disminuir el número de fallecimientos por muerte súbita, que se define como la muerte que tiene lugar en la primera hora desde que se inician los síntomas de una persona aparentemente sana, que 24 horas antes del evento cardiaco se encontraba bien.

Las cifras muestran que es una de las primeras causas de muerte: se calcula que alrededor de 275.000 personas sufren al año un paro cardiaco en Europa. En lo referente a España se producen cerca de 30.000 nuevas defunciones por esta patología. La mayoría ocurren lejos de un hospital, donde no suele haber personal sanitario que dirija la reanimación. La buena noticia es que formando a la población en RCP se podría reducir hasta en un 30 % los fallecidos por paro cardiaco súbito, lo que significarían 9.000 muertes menos al año en nuestro país.

Cómo aplicar RCP en adultos

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Imagen: plepraisaeng

Lo primero es preguntar a la persona afectada si se encuentra bien y, si no responde, comprobar si respira -podemos observar su pecho para ver si sube y baja-. En caso de que no respire, además de llamar al 112, comenzaremos el masaje cardiaco manteniendo los brazos estirados y haciendo fuerza hacia abajo. Las manos se colocan en el esternón, a la altura del centro del pecho, y la frecuencia de las compresiones debe ser de 100 por minuto. El tórax debe bajar unos cinco centímetros en cada compresión.

Cómo aplicar RCP en bebés y niños

Si la persona que requiere atención es un bebé, comprobaremos si está consciente. En caso de que no sea así, se debe llamar al 112 y, a continuación, abrir la vía aérea (echar su cabeza, que debe estar apoyada en el suelo, hacia atrás y abrirle la boca). Si no respira, se dan cinco insuflaciones boca a boca.

En caso de que siga sin existir ningún tipo de movimiento, tos o sonidos, comenzaremos o bien con el dedo índice y corazón o bien con los dos pulgares el masaje cardiaco, con el que debemos comprimir 1/3 del diámetro anteroposterior del tórax. Si hay dos reanimadores, uno se encargará de las respiraciones y el otro dará el masaje con los dos pulgares, abrazando el tórax. Cada 30 compresiones a un ritmo de entre 100 y 120 por minuto se realizarán dos ventilaciones.

En el caso de los niños mayores de un año, los pasos son similares, excepto que el masaje cardiaco no se dará con los dos pulgares, sino con el talón de una mano en el centro del pecho.

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