La expansión del coronavirus ha tenido múltiples efectos en la atención sanitaria, y no solo en lo que respecta a las personas que han contraído la COVID-19. Durante estas semanas, como contamos en este artículo, el miedo al contagio ha reducido la afluencia a Urgencias por otras causas que también son de gravedad. Entre ellas, las cardiopatías isquémicas (CI), es decir, las enfermedades directamente relacionadas con la disminución del flujo sanguíneo de las arterias que irrigan el músculo cardíaco. Una de las más comunes es el infarto de miocardio, lo que conocemos como ataque al corazón. En este artículo te contamos cuáles son sus señales de alerta, tanto en hombres como en mujeres.
El infarto de miocardio se produce cuando la arteria coronaria se obstruye por completo. Se puede bloquear por diferentes causas, como un coágulo de sangre o por el depósito e infiltración de grasas en las paredes de las arterias que se van originando de manera progresiva debido a algunos factores de riesgo en la persona, como la diabetes, la hipertensión, el colesterol alto, fumar, la obesidad, el sedentarismo o la edad avanzada.
Puede presentarse a cualquier hora del día, pero tiende a concentrarse a primera hora de la mañana. No suelen llegar todos los síntomas juntos, sino una combinación variable de algunos de ellos. La señal más común, tanto en las mujeres como en los hombres, es la fuerte presión o dolor en el pecho. La diferencia es que ellas tienen más tendencia a experimentar con más intensidad otros síntomas comunes, como la falta de aire, las náuseas, los vómitos o el dolor de espalda o mandíbula.
Otras diferencias se ven en los datos. Las mujeres sufren menos infartos que los hombres, pero mueren casi el doble por esta causa. El riesgo de muerte tras un infarto es del 9 % en el caso de los hombres, y del 18 % cuando se trata de las mujeres. ¿Por qué sucede esto? Como explicamos en este artículo sobre el infarto femenino, los síntomas se han estudiado menos en la población femenina y, con frecuencia, se confunden con ataques de ansiedad. Además, ellas sufren los infartos siendo más mayores (a los 71 años, de media; contra los 64 años de ellos) y, cuando esto sucede, asisten menos que los hombres a los programas de rehabilitación.
Infarto: cómo detectarlo
- Dolor torácico muy fuerte. Un profundo malestar y presión en el centro del pecho que no se alivia con nada. No se va ni cambiando el movimiento ni al hacer ejercicios de respiración. Puede durar minutos, luego desaparecer y volver a aparecer.
- Otras zonas afectadas. El dolor intenso en el pecho en ocasiones se irradia hacia el brazo izquierdo. Y también, al derecho, a la mandíbula, el cuello, la espalda o el estómago.
- Malestar. Sensación de falta de aire, acompañada o no de dolor.
- Otros posibles síntomas: sudor frío, náuseas o mareos.
