Sanidad recomienda precaución a la hora de usar medicamentos en casos de ola de calor

Los mecanismos de acción de algunos de ellos pueden actuar sobre la adaptación del organismo al calor
Por EROSKI Consumer 7 de agosto de 2008

Los ciudadanos deben adoptar precauciones a la hora de consumir fármacos cuando se produce una ola de calor como la que han sufrido estos días varias provincias. Desde el Ministerio de Sanidad y Consumo recuerdan que los medicamentos, cuando son utilizados correctamente, no se consideran desencadenantes de problemas de salud asociados al exceso de calor, si bien, y en función de su mecanismo de acción, algunos pueden alterar la adaptación del organismo a las elevadas temperaturas.

Según la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), existen factores de riesgo individuales que incrementan los efectos negativos de las altas temperaturas, como la edad (lactante, niño o persona mayor), las patologías crónicas y el mal uso de los medicamentos. Los ancianos son los más vulnerables en situaciones de calor extremo a consecuencia de la alteración de su capacidad para sentir sed, del menor control de la sudoración y de la disminución de su capacidad de termorregulación mediante la transpiración.

Ante el calor, la AEMPS recomienda a los profesionales de la salud vigilar el estado general de los pacientes, teniendo en cuenta el conjunto de factores de riesgo y el control de las medidas higiénico-dietéticas (hidratación, ambiente fresco o ventilación). A la hora de atender a las personas que presenten factores de riesgo, se aconseja revisar la lista de medicamentos que toman, identificar si esos fármacos pueden alterar la adaptación del organismo al calor y reevaluar la necesidad de cada producto, recomendando no tomar ninguna medicina sin consejo médico.

Sanidad insiste a los ciudadanos en que, ante cualquier duda sobre sus tratamientos, deben consultar a su médico para que, en caso de que sea necesario, adapte su terapia habitual a las posibles interacciones de las altas temperaturas. «Cualquier disminución de la dosis o suspensión de un medicamento debe ser un acto razonado y avalado por una decisión médica, que ha de tener en cuenta la enfermedad que se está tratando y las posibles consecuencias de su retirada», explica la directora de la AEMPS, Cristina Avendaño.

Los principales problemas de salud que pueden presentarse ante un incremento importante de las temperaturas son el síndrome de agotamiento-deshidratación, que es consecuencia de la pérdida de agua y sodio a través del sudor, y el golpe de calor, causado por un fallo agudo de la termorregulación corporal y que es considerado una urgencia médica extrema.

Conservación

El calor también puede afectar a la calidad de los fármacos que los ciudadanos guardan en casa. «Una mala conservación puede provocar problemas de salud, que podrían evitarse si los medicamentos se conservan en lugares no expuestos directamente al sol, ni a temperaturas altas. En cualquier caso, es importante que antes de tomar un medicamento se consulte al médico y se evite la automedicación. Y cuando se adquiera por primera vez, se recomienda leer el envase y el prospecto para conocer la temperatura a la que debe conservarse», comenta Avendaño.

Algunos pueden no tener menciones especiales de conservación y, en este caso, ésta será a temperatura ambiente (entre 15 y 25 grados). Si se va a viajar, el Ministerio recomienda no llevar los fármacos en el maletero del coche, junto al equipaje, ya que en estos compartimentos no hay ventilación ni refrigeración y pueden llegar a alcanzar temperaturas muy elevadas.

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