La implantación de un chip en el cerebro permitirá que los ciegos puedan en un futuro moverse «sin ayuda», aseguró el presidente de la Sociedad Española de Oftalmología, Joaquín Barraquer, durante la presentación del 85º Congreso de la Sociedad Española de Oftalmología. El sistema funcionará mediante una cámara de televisión colocada en unas gafas que mandará imágenes al chip a través de un electrodo.
Aunque esta técnica está de momento en estudio, Barraquer cree que podría ser una futura «solución» a la ceguera. «Es muy primitivo todavía, pero es la solución para el futuro; podrán ver poco, pero deambularán sin necesidad de una persona que les ayude», aseguró el especialista.
El presidente de la Sociedad Española de Oftalmología indicó, al referirse a los avances médicos en las cataratas, que se ha mejorado «mucho» desde el siglo pasado, ya que en la actualidad los oftalmólogos cuentan con más de 1.000 modelos de lentes, con las que pueden lograr que el paciente pueda ver «bien» de lejos y de cerca. No obstante, «nunca se llega a algo ideal» y «siempre se puede mejorar», apuntó.
Barraquer enumeró, además, algunos de los retos a los que se enfrenta la oftalmología, como la lucha contra el rechazo del injerto de córnea para que el trasplante corneal sea una «realidad», o evitar que el nervio óptico se estropee y prevenir así el glaucoma. Otro de los desafíos a los que hizo referencia fue el desprendimiento de retina. A este respecto, explicó que esta patología se puede tratar con láser, pero aunque a veces los resultados de la operación «son buenos», el paciente no puede ver bien. En cuanto a las patologías que van en aumento, Barraquer destacó la degeneración macular asociada a la edad y la retinosis pigmentaria.
El congreso, que se desarrollará hasta el próximo sábado incluirá una treintena de cursos, 83 comunicaciones libres, 21 comunicaciones de investigación, 52 vídeos y 150 paneles. En el encuentro se debatirán los últimos avances y las novedades en patologías como la degeneración macular asociada a la edad, el glaucoma, el desprendimiento de retina, la miopía o la presbicia, así como en técnicas como el trasplante corneal.